La más reciente encuesta de Conindustria revela una brusca desaceleración del sector industrial. 49% de los empresarios prevé un futuro “mucho peor” por los excesivos tributos y la brecha cambiaria, por lo que exhortan al Gobierno a implementar políticas públicas urgentes para superar los obstáculos.

Caracas. La industria manufacturera venezolana volvió a dar señales de debilidad en el segundo trimestre de 2025. De acuerdo con la Encuesta de Coyuntura Industrial de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), la producción privada apenas avanzó un mínimo 0,1 % frente al mismo período del año pasado, lo que confirma un panorama de estancamiento.

El contraste con el arranque del año es evidente: mientras en el primer trimestre el sector logró crecer 8,2 %, entre abril y junio el dinamismo se frenó, como un reflejo de la persistencia de los obstáculos estructurales que limitan la capacidad productiva del país.

La cifra también confirma una clara desaceleración de la actividad industrial en relación con el primer trimestre de 2025, cuando el gremio reportó un incremento de 8,2%.

La encuesta evidencia, además, una marcada ralentización del volumen de producción en el segundo trimestre de 2025, con variaciones de apenas 1,7 % en abril, –4,1 % en mayo y 3,3 % en junio.

Estos resultados contrastan de manera significativa con el dinamismo registrado en el primer trimestre, cuando los aumentos fueron de 13,8 % en enero, 1,1 % en febrero y 10,8 % en marzo.

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Foto: referencial.

Confianza en caída libre

Tito López, presidente de Conindustria, señaló que los principales factores que afectan la manufactura privada son, en primer lugar, la elevada carga tributaria y parafiscal (76%), seguida por la brecha cambiaria (62%) y la escasez de divisas (58%).

Asimismo, destacó la falta de financiamiento (56%) en el cuarto lugar; el entorno económico adverso (48%) en el quinto; y, en sexto puesto, la débil demanda interna (38%).

En cuanto a las expectativas de producción, el 32% de las empresas privadas prevé mantener los mismos niveles en el próximo trimestre, mientras que el 34% estima una reducción.

De igual forma, el líder gremial informó que el índice de confianza industrial se ubicó en 5,5 %. Aunque se mantiene en terreno positivo, evidencia una caída sostenida respecto al 9,2 % del trimestre anterior y al 17,6 % registrado en el cuarto trimestre de 2024.

Ese retroceso en la confianza refleja un viraje abrupto: en cuestión de seis meses, los industriales pasaron de un optimismo moderado a un panorama en el que la mayoría espera retrocesos.

Producción a media marcha

La variación anualizada del índice de producción en la pequeña industria fue de –8,4%; en la mediana, de –1,1%; y solo la gran industria cerró en positivo, con 1,7%.

En paralelo, la capacidad instalada utilizada por el sector manufacturero alcanzó un promedio de 46,1%, nivel similar al del trimestre anterior.

Entre los sectores con mejor desempeño durante el trimestre destacan el farmacéutico (25,5%), otras industrias (48,6%), alimentos (8,3%) y no metálicos (8,0%).

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Fotos cortesía Cámara de Industriales de Aragua

En contraste, los rubros con mayores caídas fueron fundición de metales y productos metálicos (–38%), maquinaria, equipo eléctrico y óptica (–36,1%), madera y papel (–14,7%), químico (–14,3%), plástico y caucho (–8%) y autopartes (–0,9%).

“Estamos convencidos de que solo con reglas claras, equitativas y consensuadas podremos construir una economía productiva, diversificada y soberana. La industria venezolana está lista para ser parte activa de esa transformación”,

afirmó López.
Foto: cortesía Conindustria

Llamado a la acción

El presidente de Conindustria subrayó que la desaceleración registrada en este trimestre constituye un llamado urgente a que el Gobierno active políticas públicas que permitan superar las dificultades estructurales que frenan el desarrollo de la manufactura nacional.

“Ante la desaceleración del crecimiento manufacturero este es el momento clave para activar las políticas públicas industriales que Conindustria ha elevado a los decisores”, enfatizó.

Agregó que han planteado soluciones que permitirían a la industria salir del estancamiento. “Necesitamos avanzar hacia un modelo tributario que amplíe la base sin aumentar la presión fiscal sobre quienes ya cumplen; sin dejar de lado las acciones contra el comercio ilícito y el contrabando”, sentenció.

También opinó que “es vital construir un sistema que premie la formalidad, la inversión y la generación de empleo porque eso nos hará más competitivos. Pese a los retos, la industria propone, articula y exige medidas concretas para sostener el dinamismo productivo que nos hará tener un ecosistema empresarial más robusto”.

Economía venezolana
Foto: Crónica Uno

La fábrica vacía del consumo

La baja demanda interna fue identificada por los industriales como uno de los seis principales factores que afectan la producción, al estar estrechamente vinculada con la limitada capacidad de compra de los hogares venezolanos.

Según cifras del Banco Central de Venezuela (BCV), la tasa del dólar anualizada a junio de 2025 se ubicó en 197,2%, mientras que el Índice de Precios al Productor (IPP) del SIEC alcanzó 221,4%.

“Este binomio de devaluación e inflación no solo encarece los insumos y reduce los márgenes de rentabilidad industrial, sino que limita el consumo de bienes nacionales. Desde Conindustria, insistimos en la importancia de aplicar políticas que coadyuven a la recuperación del poder adquisitivo. La demanda interna estimula el dinamismo productivo”,

advirtió López.
Foto: archivo

El espejismo del crecimiento

La caída del consumo, mencionada por los industriales, coincide con un salario mínimo de apenas 0,86 dólares mensuales al tipo de cambio del miércoles, 3 de septiembre, el más bajo del continente y del mundo, lo que refleja la debilidad del mercado interno y explica la contracción de sectores orientados al consumo nacional.

La restricción de divisas y la falta de financiamiento, señaladas por 58% y 56% de los encuestados, respectivamente, también se traducen en limitaciones para importar materias primas e invertir en capital, factores que reducen la capacidad de respuesta frente al entorno inflacionario y cambiario adverso.

Otro dato relevante de la encuesta es que el 49% de los industriales considera que la situación económica del país en los próximos 12 meses será mucho peor que la actual, el 32% cree que se mantendrá igual y apenas el 20% mantiene expectativas positivas.

Las cifras denotan una industria atrapada entre dos fuerzas: por un lado, la esperanza de algunos sectores dinámicos; por el otro, el peso de una economía que no logra recuperar el consumo ni la estabilidad cambiaria.

En esa tensión se juega el futuro inmediato de la manufactura venezolana, que sigue en su esfuerzo por levantarse, pero sin la certeza de poder sostenerse en pie.

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