Morelia Flores, directora del programa de inserción laboral de Asodeco, explicó que las escasas oportunidades de empleo para personas con síndrome de Down llevan a que se obstaculicen los procesos de inserción laboral en las pequeñas, medianas y grandes empresas.
Caracas. En las instalaciones del restaurante Arturo’s , en el Centro Comercial Ciudad Tamanaco, se encuentra Juan Carlos, quien tiene síndrome de Down y desafia todas las barreras laborales para demostrar que una discapacidad intelectual no es un obstáculo para ser profesional.
Desde hace 31 años forma parte de la plantilla de la franquicia, donde comenzó como auxiliar de operatividad y al poco tiempo escaló posiciones hasta convertirse en un miembro fundamental del equipo.
“Mis capacidades y dedicación me llevaron a ser el encargado de los clientes y estar con los nuevos trabajadores del restaurante enseñándole algunas funciones. Eso me hace feliz”,
dijo el hombre, de 57 años de edad.

Juan Carlos también se enfrenta a los prejuicios que persisten en la sociedad. “He tenido que lidiar con comentarios condescendientes de algunos clientes que visitan el restaurante”.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) estableció cada 21 de marzo como el Día Mundial del Síndrome de Down, como una oportunidad para visibilizar la contribución de las personas con esta condición a la sociedad y concientizar a la ciudadanía.
Leila Bonillo, directora de la organización Salud Down, explicó que las personas con este síndrome son víctimas de estigmas dentro de las empresas porque la sociedad tiene una percepción negativa hacia ellas por su apariencia (fenotipo), que lleva a la subestimación de sus habilidades.
Según la especialista, la creencia generalizada sobre la dependencia de personas con síndrome de Down impiden su participación, porque «se cree» que su vida es limitada.


Para Juan Carlos la población debe entender que las personas con síndrome de Down tienen las mismas capacidades que el resto. “Somos normales. Podemos hacer lo que queramos, tenemos las capacidades para hacerlo”.
Una visión diferente del trabajo
Morelia Flores, directora del programa de inserción laboral de Asodeco, indicó que las escasas oportunidades de empleo para personas con síndrome de Down llevan a que se obstaculicen los procesos de inserción laboral en las pequeñas, medianas y grandes empresas en Venezuela.
“Las personas que viven con esta condición siempre tienen la intención de dar lo mejor, son responsables y se incorporan de manera extraordinaria a diversos entornos laborales. Se deben romper los estigmas”.
Para Yusmary Montaño, gerente de Arturo’s, Juan Carlos es un empleado con una trayectoria admirable y es un pilar importante dentro del restaurante. “Él nos enseñó que una persona va más allá de su discapacidad”.

Aunque Juan Carlos tiene ciertas limitaciones para algunas áreas como la cocina y la caja, demostró una gran capacidad de adaptación en otras funciones del restaurante.
“Es una persona importante para nosotros. Es alegre y nos contagia con su manera de ser: espontáneo, siempre cariñoso y amable con sus compañeros”,
dijo Yusmary.
No es un tema de agenda pública
De acuerdo con la ONU el síndrome de Down es un conjunto de síntomas diversos que se manifiestan en el desarrollo global de la persona desde el momento de su concepción; tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de los dos. Datos de la organización señalan que uno de cada 1000 recién nacidos a nivel mundial el síndrome.
Sin embargo, Flores detalló que en Venezuela no hay cifras de cuántas personas tienen esta condición psicosocial.

“La falta de estadísticas ha hecho que el síndrome de Down siga sin ser un tema prioritario en la agenda pública venezolana. Faltan centros de formación e inclusión. El desconocimiento obstaculiza el camino a la equidad”,
señaló.
Romper estereotipos desde el hogar
Anabel, hermana de Juan Carlos, considera que las personas con síndrome de Down dependen del apoyo familiar y este será primordial para su desarrollo.

“En casa fuimos los primeros en romper las barreras. Mi padre le enseñó siempre independencia, que Juan Carlos tenía el mismo grado de responsabilidad. Y con seguridad él iba a lograr las cosas”, recordó Anabel.
Bonillo detalló que una de las barreras es la sobreprotección de la familia, lo cual perjudica el desarrollo social y cognitivo. Estas personas pueden alcanzar logros significativos y habilidades cuando los padres se quitan el miedo y les brindan las herramientas.
Anabel contó que en la familia entendieron que Juan Carlos no era un niño eterno. “El amor y la confianza en él le permitió crear independencia; Juan Carlos puede vivir solo y valerse por él”.


Foto crotesía de los familiares
Según Flores, presidenta de Asodeco, la sociedad piensa que las personas con Down son eternos niños, pero no lo son y no les gusta ser tratados como niños y piden respeto cuando se dirigen a ellos con un lenguaje infantil.
“La sociedad tiene que saber que las personas con esta condición crecen y se hacen adultos, igual que el resto de los individuos”,
acotó Flores.


La Ley Especial para las Trabajadoras y los Trabajadores con Discapacidad tiene como objetivo principal garantizar el pleno ejercicio de los derechos laborales de las personas con discapacidad, promoviendo la igualdad de oportunidades.
No obstante, en Venezuela 44 % de las personas con discapacidad no tienen trabajo fijo, según un informe de la Confederación de Sordos de Venezuela (Consorven).
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