Desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013, la oposición y el oficialismo han entablado cinco procesos formales de negociación con acompañamiento internacional que no han llegado a buen puerto.
Caracas. Expertos en procesos de negociación y mediación de conflictos coinciden en señalar que una negociación exitosa suele estar precedida de intentos fallidos. Cada intento puede ser visto como un aprendizaje para las partes involucradas. En el caso venezolano, desde que Nicolás Maduro fue elegido presidente en 2013, se han producido cinco mecanismos de diálogo político con mediación internacional formal.
En abril de 2014 la oposición, representada por la Mesa de la Unidad Democrática, concurrió al llamado de Nicolás Maduro a conversaciones en Miraflores para buscar el cese de la agitación de calle. Participaron el Vaticano y los cancilleres de Colombia, Ecuador y Brasil, como actores de buena fe. El proceso se extinguió en junio de ese mismo año por la falta de voluntad del oficialismo para avanzar en soluciones reales. Estas reuniones se dieron en Caracas, principalmente, en Miraflores y Cancillería.
En octubre de 2016, nuevamente, representantes de la MUD y de Nicolás Maduro se sentaron en una misma mesa para intentar acuerdos políticos, justo después de que Miraflores junto con el Poder Judicial anularan la posibilidad de ejercer el derecho a convocar un referendo revocatorio presidencial. El Vaticano volvió a ofrecerse como mediador junto a Unasur —representada por el expresidente de Colombia Ernesto Samper— con la facilitación de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá). Se logró acordar acciones sobre cuatro temas, pero el proceso feneció en diciembre, cuando el Vaticano le envió una carta a Maduro reclamándole su incumplimiento. Estas conversaciones se realizaron en el Hotel Meliá Caracas.
En diciembre de 2017, el Gobierno de República Dominicana acogió una mesa de negociación con el acompañamiento de los gobiernos de México, Chile, Bolivia, Nicaragua y San Vicente; y otra vez Rodríguez Zapatero, siempre a título personal. La oposición, representada por la MUD y con el respaldo de la Asamblea Nacional, acudió al proceso con un pliego de peticiones en torno a la restitución de los derechos políticos, las condiciones electorales y la atención de la crisis económica. Hacia finales de enero de 2018, en medio de las conversaciones, el gobierno de Maduro convocó a elecciones presidenciales adelantadas, tema central de las discusiones, lo que llevó a México a retirarse del proceso. En febrero, la delegación de oposición fue presionada para firmar un acuerdo con el que no estaba de acuerdo, valga la redundancia, y el proceso murió.
En enero de 2019, luego de que Guaidó se juramentara como presidente encargado, el Reino de Noruega inició contactos con la oposición representada en la Asamblea Nacional y el gobierno de Maduro para entablar una negociación. Este proceso empezó formalmente en abril de 2019. Aunque Noruega era el único actor internacional participante de forma directa, sus gestiones contaban con apoyo de la comunidad internacional; en mayor medida de la Unión Europea, en menor medida de Estados Unidos. Las conversaciones avanzaron hasta julio de 2019. En agosto, Estados Unidos emitió nuevas sanciones contra Venezuela y Maduro decidió levantarse de la mesa.
A inicios de septiembre Maduro anunció la conformación de una Mesa Nacional de Diálogo con actores políticos disidentes de la oposición y sin representación política de ningún tipo, entre ellos Timoteo Zambrano, Claudio Fermín, Javier Bertucci y Henri Falcón.
En junio de 2020, una mesa técnica tripartita integrada por representantes de Juan Guaidó, Nicolás Maduro y la OPS, junto con Noruega, acordó la entrada de ayuda humanitaria al país, así como de insumos y equipos de diagnóstico y bioprotección de la COVID-19. Hacia el mes de septiembre de 2020, la oposición denunció que Miraflores no había cumplido de forma estricta los protocolos acordados para la entrega y uso equitativo de estos insumos en todo el país, priorizando a las zonas más empobrecidas.
La segunda semana de marzo de 2021, esa misma mesa técnica tripartita integrada por representantes de Maduro, Guaidó y la OPS, junto con Noruega, acordó el acceso de Venezuela al mecanismo Covax para la compra de vacunas contra el coronavirus. Guaidó hizo el anuncio el 19 de marzo, sin embargo, Miraflores vetó el acceso de la vacuna AstraZeneca al país —que era la que estaba disponible en Covax en ese momento— y días después anunció el desembolso de más de 50 millones de dólares para acceder a Covax y traer las vacunas. Al día de hoy, esas vacunas no han llegado a Venezuela.
En lo que va de año, los noruegos han estado en el país en al menos tres ocasiones. En marzo, lograron que el Comité de Postulaciones Electorales reabriera la recepción de candidatos. La reapertura del proceso permitió a Enrique Márquez —que a la postre fue elegido y nombrado vicepresidente del CNE— postularse.
Este 13 de agosto comienza el sexto intento, esta vez en tierras mexicanas, con el acompañamiento de Rusia y Holanda y la persistente facilitación de Noruega.
La delegación del oficialismo, además de Jorge Rodríguez (presidente de la Asamblea Nacional), la integran Nicolás Maduro Guerra (diputado de la AN) y Héctor Rodríguez (gobernador del estado Miranda), y probablemente el canciller Jorge Arreaza.
La delegación de la oposición venezolana en la reunión de México está integrada por: Gerardo Blyde (coordinador), Stalin González, Luis Aquiles Moreno (AD), Tomás Guanipa (PJ), Mariela Magallanes (LCR), Luis E. Rondón (UNT), Roberto Enríquez (Copei), Carlos Vecchio (VP) y Claudia Nikken, secretaria (estos últimos no están en la infografía).
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