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Para Merlyn Pimentel, la falta de internet es una oportunidad para enseñar a su hija Lucero a usar otras herramientas de búsqueda. Según un estudio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, en abril de 2023, más de la mitad de los consultados no cuentan con el servicio en sus casas.

Caracas. Libros, guías, enciclopedias y material de apoyo son los aliados de Lucero Flores, una estudiante de 10 años de edad que, ante la falta de internet en su casa, debe usarlos para hacer sus tareas.

En un pequeño librero que tiene en su casa, ubicada en el sector Los Padres de Petare, Merlyn Pimentel, madre de Lucero, conserva textos que van desde libros de segundo grado hasta otros de bachillerato. La mayoría pertenecía a sus otras hijas que ya se graduaron.

La niña estudia cuarto grado de primaria y las asignaciones, como tareas regulares e investigaciones para exposiciones, las hace en la casa de tareas dirigidas a la que asiste.

Lucero usa los libros de sus hermanas que ya se graduaron para hacer sus tareas cuando lo necesita. Fotografía: Tairy Gamboa

Me ayudo mucho con las tareas dirigidas porque yo trabajo y llego muy tarde a la casa, entonces se me hace complicado. Por eso la metí allá. Mientras yo llego, ella está con mi mamá, dice Merlyn.

Sin embargo, debido a su situación económica, enviar a Lucero constantemente a tareas dirigidas no siempre es una opción.

Merlyn tiene un negocio de comida rápida en Petare, el cual le genera ingresos diarios que no son muy altos. En sus peores días, la ganancia es de 5 dólares, que equivalen al costo semanal de las tareas dirigidas.

Tampoco le alcanza para poner internet en su casa debido a que la mensualidad, instalación y compra de este servicio es un gasto que su economía no le permite hacer.

Merlyn asegura que le gustaría poner el servicio de internet en su casa. Sin embargo, los ingresos que obtiene en su negocio de comida rápida no le permiten hacerlo. | Fotografía: Tairy Gamboa

La instalación de internet en la zona cuesta entre $35 y $50 y la mensualidad $40.

Yo no tengo computadora, ni televisión inteligente, ni nada de eso. Entonces la inversión es mucho mayor.

La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2023) indicó que más de la mitad de las familias (51 %) no tiene dispositivos electrónicos como computadoras o tablets.

Lucero ha aprendido, con la ayuda de su madre, a buscar lo que necesita en los libros. Fotografía: Tairy Gamboa

El internet es una necesidad, pero para Merlyn la falta del servicio también es una oportunidad para enseñarle a su hija estrategias para buscar lo que necesita en los libros.

Así lo hacíamos antes y por supuesto que también funciona ahora.

Luisa Pernalete, integrante del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría Venezuela, sostiene que la falta de internet es una situación que también afecta a los educadores.

A su juicio, desde la vuelta a la presencialidad tras la pandemia de COVID-19, los más afectados ante la falta de internet son los estudiantes de instituciones que trabajan bajo el horario mosaico,

El horario mosaico es una modalidad cuyo objetivo es que los educadores asistan menos días a los planteles educativos para que dediquen sus días y horas libres a hacer actividades que les brinden mayores ingresos económicos.

En su mayoría, son trabajos que distan de la profesión docente, tales como emprendimientos, ventas de comida, ropa y buhonería.

El costo de la conectividad

De acuerdo con un estudio hecho en abril de 2023 por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, más de la mitad de los consultados (50,60 %) no tienen internet en sus casas.

La madre, de 46 años años de edad, tenía un plan de datos que le permitía usar internet a través de su celular para ayudar a su hija a hacer las tareas. Sin embargo, el alto costo la obligó a quitárselo.

El plan tenía un costo cercano a los 10 dólares, pero hace como un mes se lo tuve que quitar porque era muy caro. Ahora lo tengo con puro saldo, dice.

Falta de internet
Desde hace un mes, Merlyn optó por quitar el plan de su celular debido a que no podía costearlo. Rondaba los $10.| Foto: Tairy Gamboa

Las recargas de 45 bolívares suelen durarle un día. Aunque a veces gasta más que cuando tenía el plan, el pago por días es mejor. También acude a su mamá para que le pase internet a través de su celular.

La mayoría de vecinos de Merlyn tienen el servicio de internet. La Encovi 2023 mostró que una de las necesidades principales para brindar el acompañamiento pedagógico es la falta de internet, que según el monitoreo es de 51 %.

Necesidad colectiva

Yasmín Castro es maestra de tareas dirigidas en el barrio La Agricultura, en Petare. Así como cuenta Merlyn, la necesidad del internet para hacer las tareas escolares es una necesidad colectiva.

Por esa razón, cuando sus siete estudiantes necesitan hacer investigaciones o tareas cuya información no aparece en los libros que tiene, debe acudir al internet.

Cuando se me aglomeran muchas tareas en las que se necesita investigar, hago uso de una computadora que tengo, también mi celular, el de mi esposo y hasta el de mi hija.

Manifiesta que se ve obligada a tener dos servicios de internet en su casa, lo que le genera un gasto cercano a los $50 mensuales.

Por amor a la profesión

Yasmín, quien forma parte de las 19 maestras petareñas que conforman Descargando Futuro,  indica que su hija es quien le ayuda a pagar por este servicio debido a que su sueldo como educadora en un colegio de la parroquia no le alcanza para mantener los gastos en su hogar.

Descargando Futuro es una iniciativa de la ONG Zona de Descarga, creada por los hermanos Jimmy y Jaime Pérez.

Yo gano 182 bolívares quincenales. Diciendo ese monto puedes imaginarte para qué me puede alcanzar, lamenta la educadora en la escala cinco del tabulador salarial docente.

El último escalafón, el sexto, lo obtienen los docentes con más especializaciones de estudios y ganan 450,70 bolívares mensuales.

Yasmín y Alejandra son dos de las 19 maestras de la red de educadoras de la ONG Zona de Descarga. Fotografía: Tairy Gamboa

Las ganancias no son muy altas, pero para Yasmín su recompensa es ayudar a los niños y niñas de su comunidad.

Por eso es que tenemos exoneraciones. Si alguien no tiene para pagar, puede venir y ver sus clases igual. También se paga menos si se trata de dos hermanos.

Ponerse creativos

Pernalete reconoce la importancia del internet. Sin embargo, insiste en que los estudiantes abandonaron el uso de libros de texto para actividades relacionadas al aprendizaje.

Luisa Pernalete insta a los docentes a buscar herramientas y estrategias para no tener la necesidad de recurrir al internet. Fotografía: Tairy Gamboa

Creo que los educadores tenemos que pensar en otra manera de dar clases. Es bueno enseñar al niño a buscar información en internet, pero el trabajo escolar no puede basarse en el internet y más en Venezuela en donde el servicio es malo y el tema de los apagones es grave.

Insta a buscar otras herramientas para que los estudiantes puedan aprender, así como a recurrir a los textos escritos, una herramienta que para la educadora es invaluable.

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