Las pocas proteínas y los vegetales que se podían adquirir cuando la pensión era de casi $30, ahora son inasequibles. Los precios de la carne y el pollo se duplicaron en seis meses y las pensiones, por el contrario, perdieron casi la mitad de su poder de compra.
Caracas. Como “un suspiro” califica Areani Bruzual, pensionada y docente jubilada, lo que ocurrió hace seis meses, cuando el monto de la pensión aumentó de Bs. 7 a Bs. 130. Previo a eso, las pensiones apenas superaban el dólar mensual, por lo que pasar a recibir cerca de $30 marcó una diferencia importante en sus ingresos.
Aunque Areani admite que con ese dinero –que seguía siendo irrisorio– solo pudo comprar a duras penas algunos alimentos y uno que otro medicamento sencillo y necesario, como acetaminofén o vitamina C.
En marzo pude comprar cierta cantidad, un poco más de proteínas y vegetales que requerimos. Compré lo más esencial en medicamentos, pero no los que corresponden con lo que necesita un adulto mayor”, cuenta.
Tampoco podía adquirir ni su tratamiento como paciente oncológico, ni los alimentos variados y balanceados que requiere por su condición. Al mes siguiente, las pensiones que otorgan el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y la misión Amor Mayor ya iban en picada y a los tres meses valía hasta siete dólares menos.
El poco poder adquisitivo que habían recuperado las pensiones en marzo se diluyó como el agua. Este 21 de septiembre, cuando depositaron las del mes de octubre, su valor era de $16 al tipo de cambio oficial. En solo seis meses, producto de la devaluación del bolívar, las pensiones perdieron 46 % de poder de compra.
Areani asegura que ahora no adquiere “ni siquiera una cuarta parte de lo que compraba en marzo”. Las pocas proteínas y vegetales que llevó a casa hasta abril y parte de mayo, se volvieron incomprables.
“Vas al mercado y la proteína (carne de res) está en 60 bolívares, pero ¿para cuánto tiempo alcanza lo que puedas comprar? ¿Cómo se pagan los servicios básicos? ¿Cómo hace uno para sostenerse?”, cuestiona, en medio de una nueva protesta liderada por pensionados y jubilados en la esquina Altagracia de Caracas, que exigían respuesta a una petición entregada el 9 de marzo a la presidenta del IVSS.
El valor de las pensiones sigue en caída libre, conforme aumenta el tipo de cambio debido a las políticas económicas del gobierno, pero los precios no paran de crecer. Productos como la carne de res y el pollo, por ejemplo, han aumentado entre 80 % y 100 % de marzo a septiembre en el mercado municipal de Quinta Crespo, de acuerdo con un registro propio de Crónica.Uno.
¿Qué compramos? Decimos: o compramos un pedacito de pollo, o compramos pan, o compramos medicinas o pagamos pasajes”, señala Leida Brito, jubilada de 66 años y conocida en las protestas como “la abuela del casco rojo”.
Leida coincide con Areani y, a simple vista, calcula que ahora con la pensión apenas puede comprar uno de hasta cuatro artículos que llegó a comprar en marzo, cuando la aumentaron. “Solo mensualmente en pasaje se van más de Bs. 120. Si Maduro no sabe sacar cuentas, nosotros sí”, añade.
La más reciente encuesta sobre la situación de los adultos mayores, realizada por la ONG Convite, reveló que 67 % de las personas consultadas percibe entre 10 y 50 dólares mensuales. La mitad de los encuestados gasta más de $100 al mes (principalmente en comida), pero siete de cada 10 adultos mayores recibe apoyo económico de sus familiares para subsistir.
A las personas que trabajaron toda su vida para el país, sea desde el sector público o en el ámbito privado, les resulta difícil aceptar su situación actual y buscan cómo sobrellevarla ellos mismos. Areani, por ejemplo, vendió un terreno para comprar un carro y se turna con su esposo (también pensionado) para hacer carreras y llevar comida a la casa.
A veces salimos a vender algunos productos, hemos vendido casi todos nuestros electrodomésticos, casi no nos quedan electrodomésticos”, cuenta.
La historia de Areani representa la de miles de pensionados (74 % de los adultos mayores, según Convite) que se han llevado la peor tajada de la crisis económica y humanitaria que vive el país desde 2015. Este 22 de septiembre, el gremio entregó una nueva carta a la Vicepresidencia Ejecutiva exigiendo el aumento de la pensión, y sus voceros aseguran que esa será la principal petición en próximas movilizaciones.
“Yo pensé que cuando llegara a esta edad iba a estar más tranquila, conocer mi país, sembrar flores, y hoy me encuentras luchando para tener una pensión justa. Lo que me queda de vida, a pesar de mi condición oncológica, voy a seguir luchando, no me importa dejar la vida en esta lucha”, cierra Areani Bruzual.
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