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El secretario de Seguridad Ciudadana de la gobernación litoralense, Andrés Goncalves, informó sobre la activación de un dispositivo de seguridad para evitar el desplazamiento de miembros de las bandas armadas que en las últimas 48 horas se han enfrentado a cuerpos policiales en zonas del centro oeste de la capital de la República. El dispositivo se extiende hasta la carretera vieja, donde sus pobladores no confían en las acciones preventivas.

La Guaira. Tras los enfrentamientos armados de las últimas 48 horas entre fuerzas policiales y bandas armadas en zonas del centro oeste de Caracas, el secretario de Seguridad Ciudadana de la Gobernación de La Guaira, Andrés Goncalves, anunció el reforzamiento de las medidas de control y acceso a la autopista Caracas-La Guaira, además de la carretera vieja.

La cercanía de las zonas sitiadas por la violencia (El Paraíso, La Vega, El Cementerio y Montalbán) con la artería vial que da acceso al principal aeropuerto del país (Maiquetía), obligó a las autoridades locales a coordinar con funcionarios de la Guardia Nacional y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas el dispositivo de seguridad, a objeto de evitar que presuntos delincuentes y otras personas solicitadas por delitos ingresen al Litoral Central para refugiarse.

Los 32 funcionarios de la Policía de La Guaira que se incorporaron al reforzamiento del dispositivo de control se movilizan en motos, patrullas y vehículos institucionales a lo largo de los 17 kilómetros de la autopista Caracas-La Guaira, entre el antiguo peaje de Catia y el distribuidor El Trébol, en Maiquetía.

Se va a mantener cercado el anillo de seguridad que permita a La Guaira no dar chance a los elementos negativos. Eso será el tiempo que sea necesario”, refirió Goncalves, quien inspeccionó las operaciones de seguridad en ambos corredores viales. 

Desconfianza en la carretera vieja

El movimiento policial en poblaciones litoralenses de la carretera vieja, como Montesano, La Pedrera, Alcabala Vieja, Canaima y Marlboro, no significó un alivio para sus habitantes.

“Sí, andan por aquí y lo que han hecho es poner contra la pared a muchachos sanos, hasta niños, y amenazarnos a quienes les decimos que dejen la matraca a los comerciantes”, señaló Francisca Rivas, quien se encarga de una bodega en la que ofrece dulces, golosinas y algunos víveres.

Para otros vecinos de Canaima, la Policía de La Guaira debería estar más pendiente de capturar a “los maleantes de aquí y no ser sus cómplices”.


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