El teniente pidió la presencia de la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General de la República, la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.
Caracas. A pesar de que el teniente coronel del Ejército Igbert Marín Chaparro solicitó la visita de las autoridades nacionales, internacionales y eclesiásticas para que entrevisten a los presos políticos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), en Boleíta, sigue sin recibir respuestas desde que inició la huelga de hambre el 22 de noviembre.
Marín Chaparro pidió la presencia de la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General de la República, la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, la Conferencia Episcopal Venezolana, el Nuncio Apostólico y los embajadores de Francia, Colombia, Argentina y Chile.
Su hermana, Ignell Marín, contó que el lunes 26 de noviembre recibieron una llamada del teniente coronel que duró escasos minutos y les expuso que no levantará la huelga hasta que se le cumplan sus exigencias. También les pidió que oraran mucho por él.
Esta es la segunda huelga de hambre que realiza Marín Chaparro. La primera fue el 21 de diciembre de 2021 y duró 16 días, mientras que esta ya lleva cinco semanas. A su familia le preocupa la situación porque consideran que Marín Chaparro es una persona que se mantiene fuerte en sus convicciones.
“Dentro del recinto no le están dando la atención que realmente merece, no lo están tomando en serio y no se están restituyendo las medidas que él está exigiendo en su carta pública”, dijo Ignell Marín.
Derechos básicos
El militar pide que le sea restituido el derecho a realizar llamadas telefónicas para comunicarse con sus familiares, tomar sol, hacer actividades recreativas y religiosas.
Asimismo, exige que se acate la orden de traslado al Centro Nacional de Procesados Militares (Cenapromil), en Ramo Verde, que fue emitida desde un tribunal militar en agosto de 2018.
Marín Chaparro tiene casi cinco años detenido en la sede de la Dgcim en Caracas. Fue detenido el 2 de marzo de 2018 supuestamente para un interrogatorio. Actualmente tiene una sentencia por el presunto delito de incitación a la rebelión de siete años y seis meses.
Problemas de salud
Marín Chaparro se encuentra privado de libertad en un tercer sótano, en una celda con poca ventilación, en un área conocida como “la casa de los sueños”. Ignell Marín aseguró que su hermano está expuesto diariamente al monóxido de carbono.
Además de eso, contó que su hermano padece de fibrosis pulmonar, es asmático desde pequeño, sufre de hipertensión arterial e incluso perdió parte de su visión en el ojo izquierdo por una subida de tensión que presentó dentro del centro de detención.
Ignell Marín contó que la lucha de su hermano no es solo para exigir sus derechos, sino la de otros presos políticos que también se encuentran afectados.
Hijos de Marín
El 21 de diciembre se difundió un vídeo de los hijos de Igber Marín, a través de la red social Twitter, en el que los menores de edad piden que liberen a su papá para que pueda pasar más tiempo con ellos.
Rodrigo Marín expresó: “Somos hijos del preso político Igbert Marín Chaparro que lleva cuatro años y nueve meses detenido injustamente. Solamente pedimos que pueda salir de ahí para pasar más tiempo con nosotros por el tiempo perdido”.
Mientras que Manuela Marín manifestó: “Que me devuelvan a mi papá”.
De acuerdo con el Foro Penal Venezolano, en Venezuela hay 274 presos políticos. 151 de ellos son militares y 123 civiles.
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