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Gobierno aprovecha megaapagón para militarizar Caracas y acusar a la oposición del colapso eléctrico

Apagón

Mientras millones de venezolanos enfrentaban el quinto apagón masivo en cinco años, el Gobierno encabezado por Nicolás Maduro buscaba culpables entre la oposición, sin presentar pruebas de sus acusaciones. La fragilidad eléctrica y crisis sociopolítica volvieron a quedar expuestas.

Caracas. El viernes, 30 de agosto, Venezuela volvió a sumirse en la oscuridad, después de que un apagón masivo dejó sin luz por más de 10 horas a 20 estados del país, incluida Caracas. El nuevo corte de energía a gran escala, que comenzó a las 4:50 a. m. y que el gobierno de Nicolás Maduro no tardó en calificar de ataque criminal, desató nueva una ola de acusaciones contra la oposición.

Este nuevo corte de energía reavivó el recuerdo del megaapagón ocurrido en marzo de 2019 y expuso, una vez más, la fragilidad del sistema eléctrico venezolano y la profunda crisis sociopolítica que atraviesa el país.

Maduro no tardó en pronunciarse a través de su canal de Telegram poco después del mediodía. Como siempre estoy junto al pueblo y en la primera línea de batalla, enfrentando este ataque criminal contra el Sistema Eléctrico Nacional, declaró el mandatario al tiempo que hizo un llamado a la calma y la cordura.

Una vez restablecido el servicio, en una declaración televisada a las 8:00 p. m., el gobernante puntualizó que el presunto ataque ocurrió en “las cercanías y dentro de Guri”, en referencia a la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, principal fuente de energía de Venezuela. Esta sería la causa oficial del apagón masivo.

Maduro aseguró que las autoridades han identificado los métodos empleados en este incidente al que expertos que no identificó describieron como “el papá y la mamá de los ataques” contra la infraestructura eléctrica del país. Según el mandatario, el objetivo aparente era causar daños significativos a la planta de Guri.

Aunque aseveró tener conocimiento sobre la planificación y ejecución del supuesto ataque, Maduro se abstuvo de proporcionar detalles específicos en ese momento. Del mismo modo, pidió que se aplique justicia para que se investigue y sancione a los responsables.

Acusación estatal

Más temprano, el ministro para la Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, fue más allá en sus acusaciones. En una entrevista concedida a la televisión estatal Venezolana de Televisión (VTV), señaló directamente a María Corina Machado y Edmundo González, líderes de la oposición, como los responsables del supuesto sabotaje.

Dos líderes negativos de esta oposición que llama públicamente a la insurrección de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y a la violencia, afirmó Ñáñez,

El funcionario añadió que estos opositores buscan “perseguir a los chavistas” y “destruir los símbolos no solo del chavismo, sino también de la nacionalidad”. En su mensaje no ofreció mayores detalles de los planes de contingencia para atender a la población que, como pudo, enfrentó su quinto apagón masivo en cinco años.

Militarización normalizada

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) activó por completo a su denominada “fuerza de choque” en todo el territorio venezolano, tras lo que el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, también calificó de “ataque terrorista” contra el sistema eléctrico del país.

Padrino López explicó que dicha fuerza “brinda apoyo, coordinación y articulación a Corpoelec, los técnicos especializados y autoridades responsables de resolver el problema eléctrico”. En alusión a la falla masiva que interrumpió el servicio.

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El ministro de la Defensa anunció el despligue de una “fuerza de choque”. Foto: cortesía @presidencialven

Del mismo modo, a través del Comando Estratégico Operacional se puso en funcionamiento de inmediato el sistema defensivo territorial.

Esta incluye a más de “un centenar de oficiales capacitados en electricidad, hidráulica y otras disciplinas, listos para actuar de manera multidisciplinaria ante cualquier falla o incidencia en servicios básicos como la luz y el agua”, informó el ministro a los medios del Estado.

En un recorrido hecho por Crónica Uno, entre las 11:00 a. m. y las 4:30 p. m. de este 30 de agosto, se constató que la militarización fue reforzada especialmente en el centro de Caracas e incluyó el despliegue de equipos antimotines de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), sobre todo en zonas del este de la ciudad. En toda la ciudad funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) se encargaron de controlar el tráfico, ante la falta de semáforos.

Sin plan de contingencia

Entretanto, en los hospitales, la situación era crítica. En el Hospital Universitario de Caracas, uno de los más grandes del país, los generadores de emergencia funcionaban a media marcha. Esto obligó al personal médico a priorizar las áreas más críticas. “Estamos operando en modo de supervivencia”, dijo una trabajadora del centro de salud que pidió mantener su identidad a bajo resguardo por temor a represalias.

Cada minuto que pasa sin electricidad estable pone en riesgo la vida de nuestros pacientes más vulnerables, añadió

El impacto en el sector comercial fue igualmente masivo. Gino Filieri, vicepresidente de Consecomercio, denunció en una entrevista con Unión Radio que la crisis eléctrica había generado serias dificultades en la operación de los comercios en al menos 18 estados del país.

Foto: Crónica Uno

Según Filieri, aunque después de las 12:00 p. m. en algunas zonas, como el estado Anzoátegui, el servicio comenzaba a restablecerse de manera gradual, el comercio apenas funcionaba al 20 % de su capacidad.

En el centro de Caracas, los pocos negocios que lograban abrir sus puertas ofrecían un espectáculo casi surrealista. Encargados armados con linternas guiaban a los clientes por pasillos oscuros, Las calculadoras de batería sustituían a las cajas registradoras electrónicas.

Es como si hubiéramos retrocedido 50 años en el tiempo, lamentó Julio Hernández, dueño de una ferretería, mientras anotaba las ventas en un cuaderno a la luz de una vela.

La situación era aún más crítica para aquellos establecimientos que lograban abrir sus puertas. Las complicaciones en las comunicaciones obligaron a muchos comercios a aceptar únicamente pagos en efectivo.

Viejo trauma colectivo

Este nuevo apagón masivo reaviva el recuerdo del ocurrido en marzo de 2019, cuando Venezuela sufrió el peor corte de energía de su historia. Entonces, se suscitaron una serie de interrupciones eléctricas masivas.

Además, se registraron otros tres cortes de energía en el ámbito nacional en el lapso de un mes. El segundo de estos apagones, que ocurrió aproximadamente tres semanas después del primero, tuvo consecuencias particularmente serias para la población.

En aquella ocasión, como ahora, el gobierno de Maduro acusó a la oposición y a Estados Unidos de llevar a cabo un “ataque electromagnético” contra la principal central hidroeléctrica del país.

La recurrencia de estos eventos pone de manifiesto la fragilidad del sistema eléctrico venezolano. El problema se ha agudizado en la última década y es síntoma de una crisis más profunda que afecta a todos los sectores de la economía y la sociedad del país. La falta de inversión en infraestructura, el éxodo masivo de personal calificado y la corrupción endémica han sido señalados por expertos como las principales causas del deterioro del servicio eléctrico.

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Foto: Crónica Uno
Ayuda mutua

En los barrios populares de Caracas, la resignación se mezcla con la indignación. “Ya ni siquiera nos sorprende”, reflexionó Pedro Ramírez, un jubilado de 67 años, cuando hacía la cola para comprar pan en una panadería que opera a media luz. “Lo que más duele es que nuestros nietos crezcan pensando que vivir así es normal”.

En paralelo, en las redes sociales, aún pese al bloqueo de X por orden de Maduro y las denuncias contra el uso de WhatsApp tras los cuestionados resultados de las elecciones del 28 de julio pasado, los venezolanos buscaron alternativas para mantenerse informados y conectados.

Etiquetas como #SinLuz y #ApagónNacional se convirtieron en tendencia. Los grupos de WhatsApp y Telegram se transformaron en improvisados centros de información y ayuda mutua.

A medida que pasó el tiempo, más de 10 horas después, el servicio eléctrico comenzó a restablecerse en algunas zonas del país. A muchos ciudadanos les queda la incertidumbre sobre cuándo y cómo se resolverá de manera definitiva este problema estructural. La politización del tema, con acusaciones contra la oposición, dificulta un abordaje técnico y objetivo de la situación.

El apagón del 30 de agosto es un recordatorio más de la urgente necesidad de una solución integral para el sistema eléctrico venezolano. Mientras tanto, millones de ciudadanos se preguntan cuándo podrán confiar nuevamente en un servicio tan básico y esencial como la electricidad, sin temer que en cualquier momento sus vidas se vean interrumpidas por la oscuridad.

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