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Protagonizada por Nicolas Cage, cuenta la historia del sirviente de Drácula que decide emanciparse después de muchos años. Comienza bien, pero su trama se agota rápido.

Caracas. Nicolas Cage es de esos actores que acaparan la atención. Con temor a incomodar, algunos dicen que es el mejor actor de su generación. No es temeraria la afirmación. Aunque la institución que otorga los premios Oscar tan sólo lo haya anotado en su lista dos veces, hay un largo camino de películas que confirman esas líneas.

En 2021 protagonizó Pig, un largometraje que en tiempos de pandemia pasó inadvertido para una parte importante del público, aunque la crítica susurró y a algunos les llegó el mensaje. Afortunadamente, se puede ver por los momentos en Amazon Prime.  

Ahora, el actor vuelve a la pantalla grande con una comedia inspirada en uno de los personajes más icónicos de la cultura: Drácula, que ha sido decenas de veces llevado al cine y a la televisión desde hace un siglo.

Renfield
Renfield siempre se ha visto en minusvalía frente a su poderoso amo

Renfield se llama la película recientemente estrenada. Cuenta la historia de Renfield (Nicholas Hoult), quien durante años ha sido el asistente del conde Drácula (Nicolas Cage). Pasan las décadas en una dupla de órdenes y servidumbre, sin mayor inconveniente. Su principal función es buscar víctimas para que el amo se alimente, por años y años.

Todo va como de costumbre hasta que Renfield empieza a asistir a una terapia grupal enfocada en las relaciones tóxicas y dependientes. Entre tanto discurso, el joven por siempre entra en un ejercicio de descubrimiento de ciertos ímpetus que lo llevan a tomar decisiones.

Al sospechar de los comportamientos erráticos de su esclavo, Drácula empieza paulatinamente a impedir que el personaje logre su objetivo de emancipación, este también tiene poderes especiales siempre y cuando también se nutra en el debido momento.

Renfield
Nicolas Cage como Drácula es exuberante y desafiante, como debe ser, pero ya no puede solo con la película

Renfield es un personaje que parte de la novela de Bram Stoker publicada a finales del siglo XIX, la que originó todo el imaginario en la cultura pop. Desde entonces, han sido distintos los tratos que se le ha dado. Objeto total de la discrecionalidad del responsable de cada obra.

En esta película de 2023, en tiempos de visibilización de la salud mental, reconocimiento de problemas y hablar de los conflictos que explotan internamente, Renfield asiste a terapia para emprender una vida en otras posiciones personales.

Clara y acertada intención de llevar al personaje a un escenario que busca desmitificar su cualidad sobrenatural, y así encontrar en lo terrenal una solución a su hallazgo de conciencia y de empatía después de tanta vileza al servicio de un devorador.

Nicolas Cage
Las escenas en terapia son las más graciosas en Renfield

Por eso, en su tono de comedia, sitúa al protagonista en el mundo cercano del espectador, pues busca una redención a través de un destello repentino de humanidad, la indagación por la libertad individual que luego halla resonancia en los compañeros del grupo. Ya ese punto es una buena promesa.

La película fue dirigida por Chris McKay, quien ha estado al frente de La guerra del mañana (2021) y Lego Batman: la película (2017), además de que tiene como guionista a Robert Kirkman, escritor de cómics como The Walking Dead, así como a Ryan Ridley, quien escribió para Rick and Morty.

Renfield
La agente Rebecca es un personaje al que se le otorga poco en el largometraje

Son elementos que generan expectativas para una historia que luce atractiva en su primer acto, pero que luego empieza a sabotearse cuando resuelve su conflicto, que, afortunadamente, es un momento que llega rápido. La película es corta, hora y media. Eso sí, su estética homenajea al género, con claros vínculos en muchas formas a las obras de antaño con el rostro de figuras como Béla Lugosi.

Durante todo el metraje, la presencia de Nicolas Cage es lo que más sobresale. Su personaje es intimidante, aunque tampoco es tomado en serio, pero no por falta de compromiso, sino porque las intenciones de la película son irónicas y contrarias al pedestal del horror.

Por ejemplo, los secuaces de Drácula terminan siendo unos mafiosos envalentonados con el poder que les otorga el conde. Una añadidura que no aporta mucho, solo está para darle un amague de tensión al objetivo del protagonista.

Otro problema es la agente Rebecca (Awkwafina), sumada como la figura que ayudará e impulsará a Renfield a ser la persona que desea. Sin embargo, es un personaje insípido, con la única justificación de hacer dupla y añadir esa tensión romántica a la trama.

La resolución llega justo cuando la película no da para más, por lo que en Renfield se resuelve el conflicto rápidamente, como un trámite necesario para lucirse con unos créditos bien trabajados y que respetan a las predecesoras en todos sus ámbitos. No es una película para volver a ver, salvo una tarde de tedio que sea una opción por la pantalla mientras se espera por la salida nocturna.

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