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Desde hace casi una década la Universidad de Oriente (UDO) no cuenta con servicio de transporte para el traslado de los estudiantes. La reducción del presupuesto y  el auge del vandalismo contribuyeron al colapso de la flota. Solo un autobús está operativo en el núcleo Sucre.

Regiones. Alessandra Rojas, una joven estudiante de ingeniería en la Universidad de Oriente (UDO) en el núcleo Anzoátegui, ve cómo su presupuesto se desmorona ante el último incremento en el precio del pasaje.

Trasladarse desde su casa, en Barcelona, hasta el campus, ubicado entre los límites de Barcelona y Puerto La Cruz, le cuesta ahora 1200 bolívares, poco más de 32 dólares al mes, una suma astronómica para su limitado presupuesto, que no contempla desvíos adicionales por asignaciones o investigaciones.

Esos 1200 bolívares, que obtiene gracias a la ayuda de sus padres, debe administrarlos muy bien, recalca entre lamentos, pues es un monto que podría ahorrarse, si la sede barcelonesa contara con servicio de transporte.

Yo no trabajo, mis padres me apoyan con el tema del pasaje, imagina, mi papá no tiene carro y también tiene que salir a trabajar, perdí la cuenta del desembolso mensual que hacemos solo en tema pasaje, dice Rojas.

Ignacio Díaz, secretario del Sindicato de Trabajadores Administrativos y Obreros de la UDO Anzoátegui (Sintraudo), confirma el colapso del servicio de transporte universitario. “La UDO tiene cero unidades para el traslado de los estudiantes”, afirma.

Díaz relata que la situación del transporte en la UDO Anzoátegui se volvió crítica hace casi 10 años. El último vehículo que tuvieron fue donado bajo la administración encargada, como gobernador de la entidad, del ahora alcalde de Puerto La Cruz, Nelson Moreno.

Tuvimos hasta 12 unidades operativas e inclusive había una unidad para otros requerimientos de los bachilleres. La dirección de cultura y deportes contaba con un vehículo tipo Coaster, ahora no tenemos ninguna, todas se perdieron porque fueron desvalijadas, solo quedan los caparazones, se dañaron por falta de recursos, dijo Díaz.

Esta situación, sumada a las dificultades económicas del país, ha provocado una deserción estudiantil significativa. Díaz sostiene que en sus mejores tiempos, la UDO Anzoátegui llegó a tener una matrícula de 20.000 estudiantes, mientras que hoy apenas alcanza los 10.000.

Como puedan

El problema se repite en otros núcleos de la UDO. José Vicente Hernández, fundador del movimiento estudiantil Más Udistas, cuenta que los núcleos de Ciudad Bolívar y San Félix también dejaron de contar con transporte universitario. “Cada quien resuelve como puede”, señala.

Para ir a la universidad debo agarrar dos autobuses. Ida y vuelta son 60 bolívares porque aunque el pasaje oficialmente está en 13 bolívares, pero te cobran 15. Algunas veces falto a clases porque me quedo trabajando. Tengo un empleo de medio tiempo y me choca con algunas clases, pero es la única forma de medio tener un ingreso, relata Daniel Hernández, estudiante.

Rafael Manzano, miembro del sindicato de empleados de la UDO en San Félix, expone que en dicha sede tampoco cuentan con servicio de transporte, ni para estudiantes ni para los trabajadores.

UDO
El común denominador en los núcleos de la UDO es la falta de transporte. Foto: cortesía Roniel Farías

“Cada quien va como puede y se organiza para mantener la universidad abierta, en conjunto con los estudiantes para impartir las clases”, añade.

Manzano explica que también se organizan en grupos para apoyarse con aquellos que cuentan con vehículo.

Al mes, un estudiante requiere entre 600 y Bs. 1200 bolívares, sólo en gastos de pasaje hasta la UDO San Félix. Según un informe de 2017 de la ONG Aula Abierta Venezuela, al menos el 70 % de los estudiantes de la UDO requería del servicio de transporte para asistir regularmente a clases.

Único en Sucre

En contraste, el núcleo de Sucre cuenta con tres autobuses, aunque solo uno funciona. Los vehículos están estacionados en la sede de Cumaná de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Unefa).

“La ruta amarilla” -como es conocido el autobús-, fue destinada para el traslado de estudiantes hasta el núcleo en el que están las llamadas petroaulas.

Transucre, empresa de transporte público del Estado, también colabora con el traslado de los estudiantes, desde el centro de Cumaná hasta la sede de la UDO. El monto del pasaje es de cinco bolívares.

Andreina Luna, recién graduada, espera que las nuevas generaciones desarrollen un sentido de pertenencia por los espacios universitarios, como ella lo hizo durante su paso por la UDO.

Soy de Margarita, pero la UDO Sucre es mi casa. Si desde ahora no creamos el hábito de cuidar nuestros espacios, mañana cuando seamos profesionales, no vamos a querer el lugar en el que trabajamos y esa no es la idea, sino darle cariño a la universidad que nos ha formado, reflexiona.

Los estudiantes, que reciben clases en el edificio dentro del hospital, utilizan el transporte público, pero aunque deben pagar medio pasaje, la mayoría no cuenta con el carnet estudiantil, un requisito de los transportistas para aplicar el subsidio.

Tras la pandemia, el movimiento estudiantil realizó una jornada de carnetización porque desde 2015, no se otorgaba el beneficio gratuito.

La comunidad universitaria espera que las autoridades gubernamentales, honren el compromiso de renovar la flota de transporte universitario. También esperan que se acondicione el comedor del que, hasta la fecha, no se habla.

Descenso en Monagas

La situación en el núcleo Monagas es igualmente precaria. Hasta el año 2000 la Universidad de Oriente fue la casa de estudios con mayor demanda en Monagas. Trabajadores indicaron que alrededor de 12.000 jóvenes cursaban carreras en las áreas de Agronomía, Petróleo, Sistemas, Contaduría Pública, Administración de Empresas y Gerencia de Recursos Humanos.

Y al igual que las otras sedes de la UDO, el transporte en el núcleo Monagas se reduce a caparazones vacíos de lo que alguna vez fue una flota de transporte.

La matrícula en este 2024 apenas supera los 4400 estudiantes: 3600 en aula y 800 en pasantías o en área de posgrado. Esta cifra traduce una disminución de 60 % durante los últimos 20 años.

Guillermo Carreño, coordinador académico, atribuye el descenso en la matrícula estudiantil a la migración, la falta de transporte y las políticas gubernamentales en materia de educación superior.

Desde su perspectiva, las políticas implementadas por el Gobierno en materia universitaria “no cumplen a cabalidad” con el objetivo de facilitar el acceso a la educación superior de los recién egresados de la enseñanza media y los estudiantes que no lograron ingresar antes a la universidad.

Estudiantes y profesores coinciden en que los constantes recortes presupuestarios parecieran tener más como fin controlar a aquellas casas de estudios superiores que mantienen su autonomía e independencia política de un Gobierno que las concibe como meros entes ejecutores de sus directivas.

El Estado creó una serie de universidades en las que la mayoría del contenido se dicta a distancia. Buena parte de estos centros están ubicados en sitios en los que los jóvenes no se ven en la necesidad de pagar alquiler por residencia. Esos estudiantes venían a formarse en la UDO, recuerda Carreño.

Carreño recuerda haber tenido en las aulas de clases a bachilleres de Sucre y Delta Amacuro. “Ya esa población no viene. Muchos jóvenes se fueron porque no ven un beneficio en la universidad”, lamenta.

El Gobierno mantiene un único incentivo en forma de un sistema de becas a través de la plataforma Patria. Sin embargo, los criterios de asignación de estas becas son desconocidos. Mediante esta vía, los estudiantes censados reciben aproximadamente cinco dólares mensuales. En el caso específico de la UDO en el estado Monagas, solamente 200 estudiantes son beneficiarios de estas becas.

No abandonan las aulas

A pesar de los desafíos, estudiantes como Luis Pérez, quien cursa el sexto semestre de Ingeniería en Sistemas, no abandonan las aulas de la UDO. Esta carrera es la más demandada y cuenta con una matrícula de 800 estudiantes.

El joven fue uno de los tantos estudiantes universitarios que buscaron nuevos horizontes durante la migración ocurrida entre los años 2016 y 2019.

Volví no porque el Gobierno esté recuperando la universidad o mejorando el país, sino porque la siento más atractiva en su oferta académica y tengo la necesidad de culminar este ciclo de mi vida, contó.

Como Luis, la mayoría de los integrantes de la comunidad universitaria de la UDO clama por soluciones concretas que permitan a sus estudiantes acceder a una educación digna, sin tener que sacrificar sus precarios ingresos en costosos traslados. Hasta entonces, seguirán su lucha por mantenerse en las aulas, pese a las adversidades.

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