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90 % de los comercios de la gran Valencia se vieron afectados por la crisis poselectoral

En la medida que el transporte público empezó a normalizarse la crisis de los comercios también lo hizo. Cámara de Comercio de Valencia llamó a la tranquilidad.

Valencia. La recuperación de los comercios en Valencia, luego del pasado 28 de julio, no ha sido fácil. Locales cerrados, calles vacías y pérdidas monetarias, un escenario que ha sido visible en Carabobo.

Las protestas originadas tras los resultados dados por el Consejo Nacional Electoral, trajeron a las calles un ambiente de zozobra que obligó a comerciantes a resguardarse ante la mera posibilidad de saqueos y el recuerdo de tiempos más violentos como ocurrió en 2017.

Ernesto Abbas, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia fijó en 80 % el cierre de comercios, solo durante la primera semana, puesto que al concluir la segunda el panorama había empeorado elevándose hasta 90 %.

“Es que no es rentable ¿Cómo nos van a mandar a trabajar y si algo me pasa en el camino?”, era la queja de Thomas Blanco, de 18 años quien trabaja en el Centro Comercial Sambil Valencia como dependiente de una tienda de ropa para mujeres con varias sucursales en la ciudad.

Trabajar o no trabajar

El lunes después de las elecciones Blanco recibió una llamada de su jefa diciéndole en primera instancia, que debía ir a ocupar su puesto porque el Sambil abriría sus puertas.

Me molestó mucho, porque ella vive en Los Guayos y ni loca iba a ir al local, nosotros los más gafos si teníamos que ir a exponernos”, contó.

Por eso, Blanco decidió no ir, muchos otros lo hicieron, pero la tienda no quedó vacía. Sin embargo, si tuvieron que cerrar horas después.

“El Sambil estaba desolado ¿Quién demonios va a ir a comprar ropa cuando están quemando cauchos en la calle?”, dijo.

La idea de que le descontaran los días que no laboró estaba pululando alrededor de él. Al final no lo hicieron pero al reintegrarse le cambiaron su horario por la contingencia.

Otros negocios prefieren evitarse este tipo de conflictos y prefirieron bajar la santamaría, de ahí que avenidas importantes del centro de Valencia, como la Díaz Moreno, o las calles Farriar, Páez, y Comercio estén sin gente en las calles. No hay carros, tampoco hay comercios abiertos.

Sin embargo los establecimientos de salud y alimentación si que abrieron, con horarios restringidos, dice Abbas, puesto que sus mercancías son de consumo primordial, y un cierre de estas pondría patas arriba a la sociedad carabobeña.

Fotografía: Armando Díaz.
Dos semanas de crisis

Algunos comercios durante estos días tuvieron que ofrecer para sus empleados servicio de transporte, ya que el grueso de la flota de autobuses de Carabobo no salió a trabajar. Pero este no fue el caso de Blanco.

“Querían que trabajáramos y llegáramos al sitio por nuestra cuenta”. Blanco vive en las Quintas de Naguanagua, una zona a escasos metros del Fuerte Paramacay, uno de los puntos más álgidos de las protestas y enfrentamientos entre cuerpos de seguridad y civiles.

Abbas, luego de tres semanas de las elecciones, afirma que los comercios se han normalizado, porque el proceso responde a que la calle ha vuelto a un proceso de pseudo tranquilidad y dice “seudo” porque basta recorrer la Avenida Universidad para advertir que los militares tienen tomadas más de 7 cuadras evitando el paso por el frente del fuerte.

Aun así, a los comercios de salud y alimentación se le unieron las grandes cadenas de tiendas por departamento, como Mango Bajito, Tijerazo y Traki. Estas tiendas contrastaban con la desolación de las calles puesto que abrieron sus puertas en los días de protestas más intensas, dando una sensación de falsa normalidad.

En esos días vino quien podía. No había nadie ¿Cuando en la vida tu has visto esta tienda vacía?”, explica una trabajadora de Traki, en la Avenida Bolívar, no quiso dar su nombre por miedo a perder su trabajo.

El resuelve

Crónica.Uno visitó esta tienda por departamento durante la segunda semana de protestas y las únicas personas dentro del enorme local eran los trabajadores sin compradores a la vista.

Como respuesta a las protestas Traki eliminó sus tradicionales descuentos de 40 %, 50 % y 60 % en la mercancía por departamento. En su lugar bajaron aún más los precios.

“Por ahí hay una ropa deportiva para mujer que antes de las elecciones costaba $7 la pieza, ahora la bajaron a $1. En almacén tenemos mucha mercancía vieja y la tienda quiere salir de ella rápido”, dijo la trabajadora.

Abbas pidió tranquilidad a la colectividad porque las cadenas logísticas están funcionando, sobre todo para el sector alimento y salud, para que haya productos en todos los anaqueles.

También consideramos importante el respeto a la propiedad, tanto pública como privada. Cuando usted daña un bien público es algo que pagamos los contribuyentes con nuestros impuestos, y cuando usted daña un bien privado es un comercio menos que no lo va a poder atender”, dijo Abbas.

Aún así muchos abastos a pie de calle han visto un desabastecimiento de verduras, ya que las rutas de transporte alimenticio fueron interrumpidas.

Ahora, casi un mes después, las protestas cesaron, pero no el ambiente de crispación, que muchos siguen sin entender, porque hay una tensión en el ambiente y muy poca gente en las calles. Esto de igual modo representa una pérdida considerable para los establecimientos.


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