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“El Santo Cristo de La Grita sanó a mi hermano”

Ante diversos motivos, muchos se preparan físicamente para afrontar el largo camino de la peregrinación en Táchira, a través de los paisajes andinos y un clima frío que no da tregua en horas nocturnas.

San Cristóbal. Roxana Ramírez, desde hace al menos 10 años, peregrina hacia la zona de montaña en la región, motivada por la esperanza que solo el Santo Cristo de La Grita, patrono del Táchira, sabe darle.

Este 6 de agosto la imagen tallada en madera que alimenta la fe de los feligreses que se rinden a sus pies, celebra 414 años de veneración. Como cada año, el pueblo se engalana para recibir a más de un millar de feligreses que caminan o se trasladan en vehículo para pagar una promesa o pedir un favor.

A Roxana le toma varias semanas prepararse. Sale a caminar por más de una hora todos los días para ganar resistencia en la travesía que dura aproximadamente 16 horas, si toma como punto de partida su vivienda ubicada en la avenida Rotaría del municipio San Cristóbal.

No viaja sola, relata la deportista, lo hace con su pareja y un grupo de amigos. Para ello se visten con ropa deportiva, usan un calzado cómodo y un morral en el que portan una botella con agua, documentos personales y pañuelos.

El motivo de la peregrinación de Ramírez es agradecer la sanación de su hermano. Foto: Roxana Ramírez

Sostiene que a lo largo de los 70 kilómetros aprovechan para conversar, reír e incluso orar.

Una operación impagable

Ramírez toma ciertos momentos para rezar el rosario y así agradecer por los favores recibidos a lo largo de cada peregrinación. En este 2024 agradece la sanación de su hermano, Ramón Ramírez, de 37 años, a quien hace más de un año se le desprendió la retina y debía ser operado. La cirugía se llevaría a cabo en Caracas con un costo de más de 5000 dólares.

Esto puso en jaque mate a la familia Ramírez López, pues no contaba con esta cantidad de dinero, además del traslado, hospedaje y alimentación. Por varias noches, antes de dormir, Ramírez de rodillas le pidió al Rostro Sereno que lo sanara, porque no sabrían cómo obtener los recursos debido a la crisis humanitaria compleja que atraviesa Venezuela.

Y el milagro llegó. “Hace poco, tuvo consulta y el doctor le dijo que no tenían que operarlo. Él fue quien lo sanó y estamos muy agradecidos”, indica.

Peregrinos | Santo Cristo
La devoción congrega a miles de peregrinos cada año. | Foto archivo: Ana Barrera
Sanación de columna

Luis Enrique Márquez, fundador del grupo Los Peregrinos de Capacho, señaló que en el año 1988 “emprendió la marcha” junto a su hijo hacia el municipio Jáuregui para pagar una promesa al patrono por motivos de salud.

Su primogénito, de 13 años en aquel momento, le propuso acompañarlo a la caminata, y no han parado desde entonces.

Explica que debía operarse de la columna si no sus afecciones iban a empeorar. Es por ello que pidió la intercesión del Santo Cristo para su sanación que finalmente se logró.

Esta caminata ha reunido más de 80 personas. Con el paso de los años mejoraron la logística, pues al inicio solo repartían una sola comida que les entregaban en el punto de Angostura; ahora tienen otros puntos como Cordero, El Cobre, entre otros.

“Arrancamos el día 5 a las 3:00 de la mañana con la oración que dirijo. Luego procedemos a contarnos para saber cuántas personas somos”, explica.

Además, Márquez es el fundador de las trochas, en cada recorrido anual iba marcando algunos puntos para que otros peregrinos pudieran seguir el mismo camino. “Cumpliremos 36 años haciendo la peregrinación y, de este número, 29 han sido caminando”, apuntó.

Muchos peregrinos se preparan físicamente para afrontar el largo camino que cuenta con hermosos paisajes. Foto: Roxana Ramírez
Los médicos peregrinan

El médico internista Frank Serrano relató que desde niño ha visitado La Grita junto a su familia para venerar al Santo Cristo. Desde allí nació la devoción por el Rostro Sereno que en cada asistencia alimenta su fe. Es por ello que anualmente acude a la llamada Atenas del Táchira en compañía de parientes y amigos.

El viaje está marcado por la belleza natural que hace que el recorrido sea un momento de contacto y unión con Dios y la naturaleza”, agregó.

Desde pequeño su sueño era ayudar a las personas y aliviar el sufrimiento.

“He puesto mi carrera en manos de Dios y la Virgen para que ellos me guíen y, a través de mí, puedan dar salud al más necesitado, por eso tengo gran devoción por el Santo Cristo de La Grita y la Virgen de la Consolación”, acota.

Santo Cristo
Una vez al año el Rostro Sereno abandona su nicho para recorrer las calles de La Grita. Foto cortesía: Renier Duque

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