La conflictividad política en el país tras las elecciones presidenciales ha detonado cuadros clínicos que afectan la salud mental de la población.
Caracas. Paula* sintió que se quedaba sin aire el pasado 30 de julio. Era de noche y cuerpos de seguridad rondaban su residencia ubicada en el municipio Los Salias, estado Miranda. La mujer recibía información confusa a través de redes sociales. Habían detenido a tres jóvenes en la calle y circulaba el rumor de que estos funcionarios irrumpirían en los apartamentos de la zona para llevarse personas detenidas.
Esta última información era falsa, pero Paula no tenía manera de verificarla, tampoco podía calmarse. Su pecho le dolía y sus pensamientos se nublaban, relata. Lo que experimentó esa noche fue un ataque de pánico, uno de los cuadros clínicos más recurrentes en venezolanos durante los últimos días, afirma la psicóloga Andreína Montilla.
El anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE) que atribuyó la victoria al candidato oficialista Nicolás Maduro el pasado 28 de julio desató un descontento masivo en el país. Los cacerolazos y protestas derivaron en represión, persecuciones y detenciones arbitrarias por parte de funcionarios de seguridad hacia los manifestantes, según denunciaron organizaciones de derechos humanos. Estas situaciones revivieron “fantasmas” de escenarios anteriores de conflictividad política y social en la población venezolana, que podrían ocasionar una crisis de salud mental importante, señala la experta.
“Los traumas son situaciones complejas que se mantienen de manera prolongada y llegan a evolucionar a conductas de alarma. Le quitan herramientas a las personas para lidiar con momentos de crisis”, explica Montilla. Un conflicto social, como enfrenta Venezuela en los últimos días, es una situación de trauma.
Como consecuencia, los ciudadanos pueden presentar cuadros clínicos como ansiedad generalizada, estrés postraumático, nerviosismo, conductas agresivas y depresión. La psicóloga advierte que también se pueden presentar reacciones físicas como dolor de cabeza, dolencias estomacales, insomnio, hipersomnia, hiperactivación y tensiones musculares,
“La crisis puede traer de vuelta al trauma que estaba guardado ahí en una caja”, señala Montilla. Lo que puede generar conductas de hiperalarma como en el caso de Paula que participó de forma activa en las protestas de 2014 y 2017, y jamás imaginó que estos episodios le dejarían un trauma prolongado. Ahora basta con escuchar una moto pasar para que su piel se erice y su ritmo cardíaco se acelere.
En medio de la incertidumbre
Laura* apenas duerme unas pocas horas en la noche. “La ansiedad no me deja pegar un ojo”, confiesa. Tampoco el miedo. Relata que la abruman pensamientos negativos que alertan que su integridad está en peligro. La joven fue testigo de mesa en su centro electoral, donde ganó el candidato de la oposición Edmundo González, por lo que teme que simpatizantes del oficialismo arremetan contra su “libertad”.
“He visto videos y denuncias en las redes sociales de miembros de mesa que han sido secuestrados. Los meten presos”, expresa.
En medio de un escenario de incertidumbre, Laura se siente entre la espada y la pared. Desea continuar su lucha por un cambio político en el país pero, a la vez, tiene un profundo temor de que sus acciones le cuesten la vida.
Nueve de cada diez venezolanos ya presentaba algún grado de vulnerabilidad en la salud mental antes de las elecciones presidenciales, reportó el estudio Psicodata 2024 sobre la situación psicosocial de la población del país, elaborado por la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Para la psicóloga Yorelis Acosta, esta ola de emociones intensas que viven los venezolanos venía creciendo desde la campaña electoral. “Por un lado, las campañas apelaron a los aspectos emocionales, a la esperanza, al cambio. Por el otro, prevalecía un discurso de miedo, de amenaza de que habría un baño de sangre”.
Mientras el venezolano continúe bajo la incertidumbre y en situación de conflicto, la desconfianza y la ansiedad seguirán en aumento. Para evitar cuadros clínicos de salud mental, las psicólogas dan las siguientes recomendaciones:
- Limitar el consumo de noticias e información.
- No creer todo lo que se publica en redes sociales.
- Tomar el control de su rutina. Mantener acciones de autocuidado, como comer bien y hacer ejercicio.
- Aceptar las emociones y buscar un espacio seguro para explorarlas.
- No aislarse, mantener el contacto con sus seres queridos.
* Los nombres fueron cambiados a petición de las entrevistadas.
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