Más de 500 familias no solo de Bejucal, sino también de sectores adyacentes, sufren cuando ocurre una emergencia y ruegan a Dios que el río no crezca, les tumbe la improvisada pasarela y los obligue a nadar hacia el otro lado de la orilla.
Cumaná. Cuando el río Manzanares crece, los vecinos de la comunidad de Bejucal, en el municipio Montes del estado Sucre, deben ser pacientes y esperar a que el caudal disminuya y el agua les llegue al pecho para caminar o nadar, hasta llegar al otro lado y desplazarse dos kilómetros hasta sus casas.
Cansados de esperar una respuesta gubernamental que garantice la construcción del puente para el traslado de sus cosechas, unieron esfuerzos para comprar un kilo de electrodos, buscar una máquina de soldar, reforzar unos tubos con guayas, láminas y palos de madera que les sirvieron de soporte para improvisar una pasarela.
Por allí deben transitar a diario con las bestias para trasladar sus cosechas e ir al trabajo u otros lugares. Mientras que a los difuntos de Bejucal deben cargarlos al hombro por el río, para evitar que el sobrepeso acabe con el improvisado paso.
Eso fue lo que ocurrió con el cuerpo de Porfirio Maicán, con quien tuvieron que atravesar el río al hombro para sepultarlo en la comunidad de Río Arenas.
“Hemos pasado calamidades para trasladar un enfermo, para que los muchachos vayan al liceo, para trasladar la cosecha, todo es un trajín hasta para ir a un entierro porque hay que esperar que un grupo pase y luego otro, para que la pasarela no se caiga”, explica Claudia Cova.
Los afectados directos son más de 284 familias que viven en Bejucal, pero además el pueblo tiene la vía principal que comunica con otros sectores como Río San Juan, Caldera, El Amaguto, San Juanillo y Paradero que también se une con el municipio Ribero.
Los agricultores tenemos que traer la cosecha en burro, dejarlo en un lado, pasar los productos al hombro y luego buscar un carro que los lleve al mercado. No tenemos apoyo y tanto el gobierno municipal como el regional, conocen nuestro problema”, comentó Víctor Coronado.
Riesgo incrementado
Los vecinos de Bejucal están claros y reconocen que una vez que inicie la temporada de lluvias, el río crecerá y acabará con la pasarela porque el puente que comunica a la comunidad con la carretera nacional de Cumanacoa se ha caído cuatro veces en 24 años.
La comunidad no olvida que tras la inundación ocurrida en agosto de 2012, recibieron la visita del presidente Hugo Chávez.
Antes de fallecer, Chávez le dio la orden al entonces ministro Tareck el Aissami, para que se construyera este puente y todavía estamos en veremos”, comentó Luis Beltrán Chacón, quien espera el puente desde hace 12 años.
Chacón manifiesta su sentido de pertenencia cuando dice que nació y creció en esa zona agricultora por excelencia.
“El 13 de junio de 2022 le escribí al presidente Nicolás Maduro por Whatsapp y me dio confianza de que iba a mandar a arreglar el puente. Esperamos que se nos construya no cualquier tarima sino el puente vehicular”, dijo.
Ángel Ramos, residente de Bejucal, advierte que hace un año el gobernador de Sucre, Gilberto Pinto, también se comprometió con la construcción de la obra.
Los afectados han cumplido todas las peticiones formales al Ministerio de Transporte e incluso a través de la herramienta oficial VenApp.
Estímulo
Ángel Rivas, presidente de la Asociación de Cañicultores del municipio Montes, abogó por el estímulo productivo que requiere la comunidad.
La cosecha de productos como frijoles, yuca y aguacate es sacada al hombro hasta la orilla del río y los comerciantes del mercado se aprovechan para regatear porque los productores no tienen recursos para cubrir el traslado hasta los mercados de Cumanacoa y Cumaná u otras entidades como Monagas y Nueva Esparta.
Sin embargo, además de la falta de puente, la carretera nacional que va hacia sectores como río Arenas y río San Juan también requiere atención en siete kilómetros del tramo.
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