Las regiones —que fueron las más afectadas durante la escasez de combustibles— empiezan a ver un mayor despacho, pero todavía hay un déficit de al menos 50.000 barriles diarios de gasolina. Esta necesidad ha hecho que gremios del sector eleven propuestas y algunos, como el ingeniero Reinaldo Quintero, están de acuerdo en usar instrumentos como la ley antibloqueo para lograrlo ante las sanciones de Washington.
Caracas. Distintos intereses apuntan alrededor de la industria petrolera. Por un lado, al gobierno de Nicolás Maduro le urge elevar la producción de crudo, que cayó en julio casi 100.000 barriles y que se mantiene desde hace meses alrededor de 700.000 barriles de petróleo diarios (bpd). Por el otro, la crisis en Ucrania tuvo efectos en países como Estados Unidos, donde el litro de gasolina aumenta.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa), sancionada por EE. UU. en enero de 2019, estableció conversaciones con la administración de Joe Biden en marzo de este año. Ambos países —al menos en materia energética— se necesitan, pero los acuerdos aún son lentos y dentro de la industria persisten problemas de infraestructura por falta de inversión y baja producción, que aún no satisface la demanda interna de combustibles.
Al menos hasta ahora el déficit en gasolina era de 50.000 barriles diarios y en el caso del gasoil, de 20.000 barriles diarios. Ante esto, gremios petroleros mantienen propuestas en el sector público y privado para traer ambos productos.
En entrevista para Crónica.Uno el ingeniero industrial de la Universidad Simón Bolívar (USB) especializado en operaciones y mantenimiento y expresidente de la Cámara Petrolera de Venezuela (CPV) Reinaldo Quintero, comentó acerca de las oportunidades que tiene el país en materia de gas natural, producción de hidrocarburos y sobre las propuestas que han elevado al Estado para importar combustible.
¿Cómo está el mercado de gas natural en Venezuela en este momento? ¿Hay privados con licencias, cuál es el tamaño de esa participación?
—Hay licencias que se han otorgado y digamos que hay unas que están pendientes por ejecutar. La Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos es muy abierta, pero al final tiene un nodo que tiene que ver con la capacidad de monetizar el producto, que es el gas, a una tarifa internacional y no regulada o sea que al regularla disminuye el retorno de la inversión y la rentabilidad en la operación.
La ministra de Minas y Energía de Colombia asomó el interés del nuevo gobierno de recurrir a Venezuela en materia de gas, debido a que las reservas de ese país alcanzarían para ocho años ¿Qué oportunidades tiene Venezuela?
—Colombia necesita de nosotros, seis-ocho años está a la vuelta de la esquina y nosotros sí tenemos gas para suministrarle a ellos porque Venezuela está de octavo en reservas internacionales comprobadas, pero hay una recertificación que te puede llevar al quinto lugar y con ese quinto lugar obviamente puedes atender el mercado regional de los vecinos y un poquito más.
Ellos van a requerir de nuestra ayuda porque es más corto y es más fácil tender tuberías que traer barcos, de hecho, los barcos son rentables después de equis cantidad de kilómetros que vas a recorrer. Para un vecino es más fácil tubería que mandarle barco.
¿Y cómo está en este momento la explotación de gas natural en el país?
—Aquí estamos al 30 – 40 % de lo que somos. Se está produciendo algo como un poquito menos de 4000 millones de pies cúbicos estándar al día y nosotros deberíamos estar en 8000 millones, el doble, o en 12.000 millones, pero ese es un tema de financiamiento, un tema de modelos de negocio y un tema de desbloquear sanciones y autosanciones.
¿Pero ese desempeño que explica de 30-40 % es por el bajo consumo del país o es por la capacidad para producir?
—Son las dos cosas. El país no tiene tan bajo consumo. El país tiene un compromiso de liberar el diésel que se utiliza para la generación de energía y liberarlo para otras cosas como el transporte público, el movimiento de maquinaria agrícola, etcétera. Parte del diésel se está yendo a generar energía en los procesos de ciclo condenado de turbina, cuando debería quemarse más bien gas, que es más limpio, de paso, el gas pasó a ser una energía verde.
¿Tiene idea de cuánto se requeriría en inversiones para elevar esa producción de gas natural?
—Hay proyectos. Eso depende de lo que quieras hacer, hay unos bloques que son Cardón IV que están al frente de la Península de Paraguaná y está lo que es la plataforma deltana y todo lo que es el Golfo de Paria donde hay otros bloques de gas.
Esos son un par de miles de millones de dólares, pero para elevar una producción de un millón de barriles a partir de ahorita necesitas algo como $11.000 millones y si quieres agregar otro millón más necesitas como $25.000 millones.
No sé el número exacto, pero puedo imaginar que necesitas invertir algo como $8000 o $10.000 millones para poner a producir 8000 a 10.000 millones de pies cúbicos al día.
En las regiones, que han sido las más afectadas por la escasez, empiezan a notar que hay una mayor disponibilidad de combustible. ¿En cuánto está la producción de gasolina y de diésel?
—Se necesita entre 120.000 y 140.000 barriles diarios de gasolina y como 30.000 a 40.000 barriles diarios de diésel. Eso te pone entre 180.000 a 200.000 barriles al día de refinados, eso es lo que se debería producir para atender el mercado interno y no tener la sensación de las colas. Hasta hace poco hubo un reformador de nafta de Cardón que estaba detenido y El Palito también está detenido, tiene rato que no está refinando.
Estamos como en 80.000-90.000 barriles diarios de gasolina, hay un déficit y puede haber unos 20.000 barriles diarios de diésel, ese déficit se compensa a veces con importaciones, pero yo creo que con la incorporación del reformador de nafta de Cardón ya se cumple con la meta deseada. Básicamente, estarías refinando en el Complejo de Refinación Paraguaná (CRP) y Puerto La Cruz, y ojalá se agregue el sistema de refinación de El Palito.
Vemos que hay un interés en la industria de reparar las plantas que estaban paralizadas, de mejorar la infraestructura, para justamente para elevar la producción, pero El Palito ha sido muy inestable, a veces arranca y luego se paraliza ¿Qué ha pasado que ha hecho que sea tan inestable?
Pienso que había mantenimiento que no se hizo durante mucho tiempo y se generaron daños en elementos esenciales del proceso que hoy día están sometidos al tema de las limitaciones de las sanciones. Una autosanción te llevó a exponerte a las sanciones, porque nadie nos obligó a nosotros a no hacer mantenimiento, es una consecuencia de decisiones diferidas.
Pero sí te puedo decir que la Comisión Alí Rodríguez Araque y los trabajadores de Pdvsa que están ahí en verdad están fajados, son gente que trabaja duro.
¿Vemos que desde 2021 la producción de crudo se había elevado, sin embargo, los reportes de la Opep de julio muestran que cayó a menos de 700.000 barriles por día. Pero además los meses previos venía estancada. En este momento ¿sabe cuánto necesita Pdvsa en inversiones para poder aumentar su producción y poder llevarla a un millón?
—La inversión para llegar al primer millón tiene que ser algo como de algunos $11.000 millones. Lo que está ocurriendo ahorita es porque tuvimos un crecimiento como un electrocardiograma, que sube y cae. Esa irregularidad se llama confiabilidad operacional y eso no se ha logrado para tener una línea estable.
¿Qué necesitamos incorporar? Los recursos disponibles en el país y eso tiene que ver con reinsertar el factor confianza, apoyarse más con el sector privado y que este pueda acompañar al sector público.
La Cámara Petrolera, y yo no estoy hablando por la cámara sino como miembro de esa cámara, tiene 250 empresas posiblemente. Está la Asociación Venezolana de Hidrocarburos (AVHI) que tiene 40 y tantos y la AVPG (Asociación Venezolana de Procesadores de Gas) que puede tener algunos 60. Aunque hay empresas en común hay una base de recursos importantísima en esas agrupaciones gremiales, que pueden acompañar al sector público y lograr mejores resultados.
La liberación de la licencia de Chevron también puede ayudar a incrementar la producción sobre el millón de barriles diarios. Los privados nacionales pudieran aportar 100.000 -200.000 barriles diarios y Chevron algunos 100.000-200.000 barriles más y con eso llegarías al millón doscientos.
El año pasado cuando empeoró la escasez hubo gremios interesados en importar el diésel, Fedenaga fue uno, Consecomercio llegó a decir que le habían pedido autorización de El Tesoro de EE. UU. Pero había restricciones y pedían autorización al Estado. En este punto ¿cómo lo ve con la ley antibloqueo o las Zonas Económicas Especiales, estos instrumentos no permitirían ya que los privados pudieran hacer este tipo de operaciones?
—Una de las cosas es que zapatero a su zapato. Si yo soy Fedeagro o Fedenaga y yo soy petrolero y la cámara petrolera empieza a importar la carne que necesita no funciona, y si yo empiezo a importar la verdura que necesitamos no funciona. Lo correcto es que lo hagan los gremios que son pertinentes a esa labor y a esa actividad económica.
Nosotros le presentamos a Consecomercio, Fedenaga y Fedeagro y a las otras federaciones, alternativas para atender ese mercado, que fueran operadas por gente que sabe de eso, porque qué ocurre con esto, esto explota, esto causa incendios, esto mata gente, entonces, por ejemplo, no puedes imaginarte a la Polar administrando líquidos inflamables y peligrosos porque no tiene la experiencia. Así como nosotros no deberíamos estar haciendo harina, ni estar procesando leche. Nosotros tenemos alternativas para atender el mercado y fueron propuestas, tanto en el sector privado como en el público.
¿Y en este momento hubo avances en que, por ejemplo, estas 250 empresas que integran la cámara empezaran a importar combustible o eso no se ha dado?
—Lo hemos estado planteando, yo pienso que posiblemente se dé, es parte de las negociaciones y de la puesta en marcha de las propuestas entregadas en mesa.
¿Y estas empresas podrían empezar a importar combustible con las condiciones legales actuales o habría que hacerle modificaciones a la ley?
—La ley tiene ciertos nodos. Nosotros lo tenemos muy identificado, la Ley de Hidrocarburos Líquidos tiene cuatro nodos y la Ley de Hidrocarburos Gaseosos tiene uno al final. Hay trabas que están identificadas que son las que nosotros hemos planteado ante la Asamblea Nacional y donde hemos dicho que la ley tiene que modificar o flexibilizar algunos artículos para que esto pueda fluir.
La ley antibloqueo te destranca algunos de esos nodos, pero lo correcto y lo mejor para efectos de confianza es que las ventajas que transfiere esta ley sean legisladas y salga una nueva ley de hidrocarburos que te permita hacer esas cosas.
Como nacional estoy de acuerdo con la ley antibloqueo, no me gusta mucho el nombre, pudo haberse llamado ley de inversiones extranjeras o de apertura de inversión, pero se utiliza el nombre porque viene a consecuencia de un bloqueo, entonces eso es un tema ya político y yo lo respeto, no es mi labor ni mi decisión cambiar ese nombre, pero es algo que sirve.
Hemos conversado con miembros de la Asamblea Nacional y actores de las políticas públicas sobre esta ley porque el que viene de afuera es el que la ve con recelo porque le puede causar opacidad. Lo mejor es ya estructurar sobre una nueva ley orgánica de hidrocarburos que te dé las dos ventajas, ya que tienes las dos leyes súmalas.
¿Sabe en qué punto están las conversaciones entre Venezuela y Estados Unidos para ampliar la licencia de Chevron y qué tantas competencias otorgaría esa ampliación de las licencias de la OFAC?
—En la primera etapa hasta hace poco era una licencia que protegía la integridad operacional, eso significa personas, ambiente y equipos. Mantener tu operación sin invertir, sin crecer, solo para cuidado básico.
En la última permitieron eso más poder negociar o sea expectativas entre Chevron y el gobierno venezolano, eso fue un avance porque si tú no puedes hablar, no puedes conciliar expectativas, ante esa conciliación de expectativa, se crearon ciertos modelos de negocio que yo no tengo detalles porque yo no soy ni vocero de Chevron, ni estoy detrás de la negociación, pero vienen a conciliar intereses de partes, por ejemplo, yo quiero cobrar mi deuda, yo quiero aumentar mi flujo de caja, yo quiero tener recursos para mantener, quiero posiblemente tener otras operaciones.
Chevron opera 130.000 barriles que no puede vender, llega un momento en que acumulas inventario, pero tienes que necesariamente monetizar para reinvertir esa puede ser una flexibilización y la otra es que te dejen crecer, cuál es mi potencial, 200.000-300.000, déjame crecer que yo hago esto de forma transparente.
Son dos economías que se necesitan. Una que necesita crudo para atender a su población y dejar de pagar tan alto el valor de la gasolina y otra que necesita los ingresos para atender la calidad de vida de los venezolanos. Yo sí veo que no es como decían que no se había hablado, ambos gobiernos han dialogado porque hay dos poblaciones que están sufriendo, eso es como abrir una frontera, parecido a lo de Colombia.
Chevron tiene limitaciones para vender ese crudo, tiene que venderlo a Pdvsa, pero es un tema luego para intercambiar las participaciones, porque no te puedo pagar porque estoy sancionado.
¿Y para que Chevron lleve esos barriles a EE. UU?
—Esa es la flexibilización que se está pidiendo.
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