La adulta mayor no tiene familia ni una vivienda propia. Personas de buen corazón se han encargado de brindarle ayuda con comida y medicamentos.
San Cristóbal. Jamile Mujica, tiene 76 años, y desde hace seis vive en el Hospital Central de San Cristóbal, a la espera de una cirugía de cadera. No se la han realizado por la falta de recursos para costear los insumos.
Está postrada en una de las camas del ala este del piso cuatro, en el servicio de Medicina Interna. La mujer sobrevive gracias al apoyo de las damas voluntarias, personal médico, enfermero y personas de buena voluntad que colaboran con su alimentación, medicamentos y artículos de uso personal.
Acompañada de un escapulario y dos peluches que le regalaron llamados Chocolate y Mujica, agradece el apoyo recibido hasta ahora, pues sin en ello no estaría viva. Desde su ingreso el 4 de febrero de 2018 ha pasado momentos muy difíciles, cuenta.
Calvario
El primero fue cuando ocurrió su accidente. Tenía 70 años y trabajaba en una casa de familia en el sector de Pirineos del municipio San Cristóbal. Allí se cayó en el baño y se dio un fuerte golpe en la cadera que le produjo una fractura.
Los dueños de la vivienda le brindaron los primeros auxilios para luego trasladarla al primer centro asistencial del Táchira. Allí la abandonaron a su suerte, puesto que más nunca supo de ellos.
El diagnóstico fue de fractura y se hacía necesaria una prótesis, además de los insumos médicos para la intervención, pero la falta de dinero impidió que se llevara a cabo. Mujica no tiene familia y su único hijo falleció hace 20 años producto de un paro respiratorio.
Durante toda su vida se dedicó al oficio de limpiar casas. Lo hacía de forma interna al no tener vivienda propia y tampoco familiares.
A pesar de todas las dificultades, guarda el sueño de volver a caminar.
Mientras tanto el personal de enfermería y damas voluntarias se encargan de su caso. Ellas le hacen su limpieza en la cama ante la imposibilidad de levantarse. Otras le pintan el cabello y las uñas.
Estoy agradecida por las cosas que todos han hecho por mí”, dice.
Un grupo de mujeres hicieron una colecta y le obsequiaron un celular. Con él ve videos en Youtube y otras redes sociales para así poder entretenerse durante el día.
Oración por los demás
En los más de 2190 días que lleva en el Hospital Central, afirma que se ha dedicado a orar por los demás. Con diversas oraciones o con el rosario, pide a Dios y a los santos por la salud de los pacientes que no solo se encuentran en el servicio sino en resto del hospital.
“Yo oro por todos. Oro por los que están aquí y por los que ya se fueron también, a todos ellos espero que el Señor y la Virgen les dé mucha salud y vida”, expresa.
Traumas
A lo largo de seis años ha presenciado un sinfín de situaciones, entre ellas, ver a los pacientes morir. Asegura que esto le ha ocasionado traumas, lo que la obligó a dormir con un pequeño bombillo encendido, pues le teme a la oscuridad.
En la habitación donde se encuentra instalada hay otras tres camas. Por allí han pasado más de un centenar de mujeres, de las cuales no muchas han salido con vida.
Aquí he visto muchas cosas y eso me atormenta en ocasiones. A veces despertaba y me daba cuenta de que la paciente de al lado o al frente se había muerto”, recuerda.
Mujica nunca pensó que ver morir a las personas sería parte de su día a día.
Ayuda
Fuentes del Hospital Central sostienen que Mújica se cataloga como un caso social. Indican que no se le ha podido ubicar un sitio para su permanencia debido que para ello debe solventarse su caso.
Piden colaboración de las personas para productos de aseo personal, pañales, crema antiescaras, entre otros insumos necesarios para su cuidado diario. Para cualquier donación atienden por el número 0412-2545014.
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