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La película está basada en el rescate de unos jóvenes que quedaron atrapados en una cueva en Tailandia en 2018 y cómo fue su espectacular rescate

Caracas. Ron Howard es un cineasta eficiente. No es el director de aquellos que buscan la belleza en la contemplación sosegada, sino de los que encuentra en la ráfaga de la adrenalina una narrativa que moldea emociones.

Trece vidas es una película del realizador que ha pasado inadvertida, pero que espera por espectadores en la plataforma Amazon Prime, lejos de las envolventes salas de cines.

Trece vidas
Trece vidas plantea un dilema médico ético como solución al problema

Está basada en un hecho de la vida real: el rescate de un equipo de fútbol atrapado en la cueva Tham Luang, en Tailandia, en 2018. Luego de estar en el campo, los jóvenes junto con su entrenador van a la cueva, un momento de distensión, pasar el rato antes de ir a casa. Pero empieza la lluvia, el monzón se adelanta. El agua, indiferente a los planes de cada uno, inunda la cueva. Los muchachos no pueden salir.

Comienza así una trama que se va intensificando a medida que se van involucrando personas que son sobrepasadas por la situación. Primero la familia, luego las autoridades del pueblo. La esperanza por la Armada tailandesa se difumina al rato, el Gobierno empieza a presionar. La solución viene de un grupo de submarinistas australianos que se presentan como voluntarios.

Trece vidas
Uno de los aciertos de Trece vidas son las imágenes que sugieren inmersión en el agua
Película exacta

El guion de Trece vidas lleva la firma de Don MacPherson y William Nicholson, este último responsable en ese mismo rol de Invencible (2014), Los miserables (2012), Gladiador (2000) y La tierra de sombras (1994); por la dos últimas estuvo nominado al Oscar. 

Sí, es una de esas historias de la vida real que se refieren a salvadores extranjeros en un país turístico, de llamativa espiritualidad y con infructuosos planes por parte de los agentes locales. Son los de afuera quienes se llevan el podio. Es cierto, pero fue un hecho real y mediáticamente suficiente para ser de conocimiento internacional.

Con un elenco conformado por Viggo Mortensen, Colin Farrell y Joel Edgerton, Trece vidas es exacta en sus actos, desarrollados de una manera justa sin que nada sobre o falte. Con la dosis justa de incertidumbre natural por el destino de los chicos, pero también con los dilemas que se presentan para el grupo de rescatistas, especialmente la contrariedad ética que supone la solución hallada.

Trece vidas
Las imágenes de la cueva son como escenas de un portal a otra dimensión

La escenas submarinas subrayan claustrofobia, el trayecto de rescate parece eterno. La extenuación del equipo sobrepasa la pantalla. Las dudas familiares son de fácil empatía mientras la fragilidad de las autoridades es evidente. No hay aspecto humano que no sea tratado en este largometraje, con la audacia de quien reconoce el suspenso que requiere una obra como esta.

Si bien desde el comienzo se puede intuir el final, Ron Howard logra ese cuestionamiento que todo espectador tiene a su certeza del porvenir. Trece vidas es una película predecible, pero no por eso poco poderosa en su desarrollo. Pues es de esas producciones que posicionan la duda constantemente. 

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