Muchos de los electores habilitados para ejercer su voto en México lo hacían con el deseo de libertad y del reencuentro con familiares que viven en Venezuela.
Ciudad de México. Poco antes de las seis de la mañana los votantes comenzaron a llegar a la sede del Consulado de Venezuela en la Ciudad de México. Algunos ataviados con las franelas de la Vinotinto y otros portando con orgullo el tricolor nacional. Todos tenían el mismo fin: ejercer su derecho al sufragio en el marco del proceso de electoral más importante de Venezuela.
Entre los votantes habían personas provenientes no solo de la Ciudad de México, sino también de otras regiones apartadas de la capital. Hace dos meses Luis Morillo, quien reside en Culiacán (Sinaloa), una ciudad que dista a unas 20 horas de la Ciudad de México, comenzó a ahorrar para comprar su pasaje aéreo y votar.
El sacrificio, a su juicio, vale la pena porque quiere un cambio, quiere tener la oportunidad de encontrarse con su mamá que vive en el estado Zulia y lleva más de cinco años que no la ve. Esa fue su principal razón para acudir a votar en la sede consular.
“Yo vine porque quiero regresar y quiero que mi hija conozca a su abuela, que ella pueda compartir con mi muchacha y verla crecer”, dijo Morillo.
Proceso rápido
Luis no tardó en votar, como tampoco demoraron en sufragar los otros electores que llegaron. Aseguran que solo demoraron dos minutos y que no hubo retrasos ni inconvenientes que obstaculizaran el ejercicio de este derecho constitucional.
Conforme transcurrió la jornada, la gente fue llegando hasta colmar la calle Schiller de la Ciudad de México, donde se ubica la sede consular. El paso vehicular tuvo que cerrarse porque la avenida se convirtió en una feria de abrazos, de reencuentros y de un derroche de esperanza. Los electores desplegaron una bandera de más de 10 metros y cantaron a viva voz, sin miedo, el Himno Nacional, seguido del Alma Llanera.
Participación masiva
Según cálculos de Edson Martínez, coordinador de Vente México, al corte de las 12 del mediodía habían votado más de mil personas de las 3215 inscritas en el padrón electoral lo que, a su juicio, confirma una participación masiva. Destacó que la mayoría de los votantes provenían de la Ciudad de México y otros de Veracruz, Guadalajara, Querétaro, Puebla y hasta de Monterrey.
Lorena González vino junto con su hija y tres vecinas. Tomó un autobús el sábado de Veracruz, rumbo a la Ciudad de México, tardó seis horas en llegar. Hicieron una colecta y pagaron una pensión por dos días. Ella confiesa que el gasto que hizo es lo de menos con tal de ver libre a Venezuela.
“Nosotros pagamos pasaje para inscribirnos en el RE y para votar porque es necesario, porque quiero emprender de nuevo en mi país y reunirme con mis hermanos. Son muchos años de ausencia, de nostalgia. Aunque no me va mal acá, quiero seguir apostando por mi país”, expresó.
Concentraciones y misas en varias regiones
Aunque las organizaciones políticas que conforman la plataforma unitaria hicieron esfuerzos para reunir dinero y apoyar el traslado de los votantes, no pudieron traer a la mayoría. Sin embargo, aquellos que no pudieron viajar hasta la capital de México, donde fue instalado el único centro de votación, organizaron misas y concentraciones para pedir por la libertad de Venezuela.
Román Aguirre no pudo registrarse en el RE en el exterior porque el lapso de inscripción se redujo a una semana. Sin embargo, asistió a la jornada electoral para apoyar con comida a los miembros de mesa y a las personas que comenzaron a formarse antes de las 6:00 pm. También a motivar y a explicar a los que tenían dudas cómo se vota.
“Aunque no pude votar quise venir porque esta es un oportunidad única que tenemos los venezolanos de encontrarnos en un abrazo de esperanza y también a despejar dudas a los que preguntaban cómo votar”, manifestó Aguirre.
Después de ejercer el voto los connacionales se mantuvieron a las puertas del Consulado de Venezuela. Quisieron seguir allí a esperar los escrutinios y los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela.
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