close

El transporte universitario de la ULA Táchira quedó abandonado en un cementerio de autobuses

ULA Táchira

Los universitarios invierten hasta $70 por mes en transporte. La institución carece de rutas y comedor desde hace años. Cuando aprobaban todo el presupuesto llegaron a contar con 16 autobuses para el servicio de estudiantes.

San Cristóbal. Una odisea es lo que deben enfrentar los estudiantes de la Universidad de Los Andes (ULA) Núcleo Táchira para trasladarse a esa institución académica. Así podría describirse el periplo diario de los universitarios para llegar a sus aulas.

Un viaje que, lejos de ser una aventura épica, se ha convertido en una pesadilla cotidiana que amenaza con truncar los sueños de cientos de jóvenes venezolanos.

Y es que esta casa de estudios llegó a tener en promedio más de siete autobuses que servían para trasladar a los jóvenes que provenían de municipios como Capacho Nuevo, Córdoba, Andrés Bello, Junín y de distintos sectores de San Cristóbal.

Para la estudiante Dalia Rivera, quien cursa primer año de Comunicación Social, llegar a la ULA asistir a clases es todo un reto. La joven de 19 años, quien reside en el sector Pirineos, ubicado en la ciudad capital, toma una sola buseta para asistir a clases. Sin embargo, la deja a más de 300 metros de su destino.

Debo caminar un largo trayecto, pero prefiero hacerlo así porque si me voy al centro para tomar la unidad que me deja en la universidad gasto el doble. Mis papás no tienen carro, por lo cual no pueden llevarme hasta allá, expresó.

Los buses pasaban por Capacho Nuevo, Córdoba, Andrés Bello, Junín y distintos sectores de San Cristóbal. | Foto: Maryerlin Villanueva

La estudiante precisó que semanalmente gasta más de 20.000 pesos colombianos o 5 dólares, lo que al mes equivale a más de 20 dólares. Si debe asistir a alguna actividad pautada por los docentes, los costos se elevan. Para quienes viven fuera de San Cristóbal la inversión es mayor.

Ese es el caso de Jhoana Suárez, quien estudia Administración de Empresas y vive en Cordero. Para acudir a la universidad requiere de 12.000 pesos diarios. Al mes esto representa 240.000 pesos o 70 dólares.

Las unidades están oxidadas, sin motores, cauchos, baterías, repletas de moho, los asientos deteriorados y rotos. Foto: Maryerlin Villanueva

Suárez enfatiza en que si estuviese habilitada la ruta que va hacia su localidad se ahorraría este dinero para otros gastos. No obstante, sus padres hacen el sacrificio para que pueda culminar su carrera.

Mis tíos viven cerca de mi casa, en ocasiones alguno de ellos me dan la cola o me dejan en el centro y con eso ahorro un pasaje. Ir caminando no es una opción, pues las distancias son bastantes largas, explicó.

La joven contó que algunos estudiantes que comenzaron la carrera con ella, abandonaron sus estudios, porque no podían trasladarse hasta el recinto todos los días, “ni siquiera pidiendo cola”.

Para la estudiante culminar la carrera implica un sacrificio. Pero abandonarla no es una opción, por ello, prefiere invirtir en el transporte para acudir a la ULA.

En el año 2006, fue la última vez que la ULA recibió la dotación de tres busetas. | Foto: Maryerlin Villanueva
Fuera de servicio y sin arreglo

El vicerrector encargado de la universidad, Omar Pérez Díaz, precisó que la universidad llegó a contar con siete unidades de transporte para los estudiantes. Actualmente, ninguna presta servicio. En su mejor momento, cuando aprobaban todo el presupuesto para mantener la operatividad, la institución contaba con 16 unidades al servicio de los estudiantes.

No tenemos transporte estudiantil como una actividad formal de la universidad. Esto nos preocupa, pues es un servicio que se debe ofrecer a los estudiantes que requieren venir a estudiar, expresó.

Las unidades están oxidadas, sin motores, cauchos, ni baterías. La mayoría repletas de moho, con asientos deteriorados y rotos. El profesor recordó que en el año 2006, fue la última vez que la ULA recibió la dotación de tres busetas.

El panorama es desolador y crítico, pues se convirtió en un cementerio de rutas, aseveró.

Por la falta de rutas, estudiantes invierten más de 70 dólares para trasladarse a la ULA Táchira. Foto: Maryerlin Villanueva

Pérez destacó que con el apoyo de la empresa privada, la alcaldía de San Cristóbal y la Lotería del Táchira se trabaja en la recuperación de cinco vehículos. Las autoridades esperan que esta pequeña flota entre en funcionamiento en los próximos meses.

Sin comedor

Pero la odisea de los estudiantes de la ULA Táchira no termina con el transporte. Desde hace cinco años, la institución no ofrece servicio de comedor. Atrás quedaron los tiempos en que los jóvenes podían disfrutar de un almuerzo y una cena balanceados por menos de un dólar.

La empresa Comiman era la encargada del suministro de alimentos al recinto. El servicio se catalogó como uno de los mejores del país, pues cumplía con todos los estándares de nutrición. En el mes de diciembre se ofrecía hasta plato navideño a los universitarios.

El comedor fue una providencia que más consolidó el expresidente Hugo Chávez, pero lamentablemente el Gobierno luego acordó solo pagar la elaboración de la comida. Esto generó que las legumbres se compraran en Táchira, se mandaran a Caracas y luego retornaban. Lo mismo ocurría con la proteína, indicó.

Esto generó un “desequilibrio”, debido a que había días en que solo servían verduras y otros donde nada más había carne o pollo. “En una cena fue solo batata porque no había más nada”, añadió.

Finalmente, la crisis llevó al cierre del comedor y los estudiantes se quedaron sin la alimentación. Desde entonces y hasta la actualidad deben llevar su propia comida, sin siquiera contar con la posibilidad de calentarla.

Seguro y becas en el olvido

El panorama se completa con un sistema de becas que ha quedado reducido a la irrelevancia. Con montos que no superan los dos dólares, estas ayudas son ahora poco más que un recuerdo de tiempos mejores.

Incluso el seguro médico estudiantil, que en el pasado cubría partos y cirugías, se ha visto afectado por el déficit presupuestario. Pérez admitió que en la ULA Táchira esta es una de las providencias estudiantiles que quedaron en el olvido.

Años atrás con lo que los estudiantes recibían podían costear ciertos gastos. Pero el monto actual no alcanza ni para cubrir un almuerzo.

El seguro médico, que se manejaba a través del Fames (Fundación de Asistencia Médica Hospitalaria para estudiantes de Educación Superior), suspendió todos los servicios e intervenciones como consecuencia del déficit presupuestario.

“El Fames ha girado algunos lineamientos para regular los centros de atención médica. Esperemos que esto pueda consolidarse y avanzar en este tema”, añadió.

Una odisea pasan los estudiantes de la ULA Táchira para llegar a este recinto universitario. Foto: Maryerlin Villanueva

Lea también:

ULA Táchira pide a gritos recursos para mejorar su infraestructura y calidad académica


Participa en la conversación