El museo, considerado como uno de los más importantes de Venezuela y de Suramérica, no recibe financiamiento del Gobierno Nacional desde hace 13 años. Se mantienen con pequeñas donaciones del sector privado.
Maracay. El Museo del Instituto de Zoología Agrícola Francisco Fernández Yépez, MIZA, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) es un espacio dedicado al estudio de la biodiversidad. Considerado como uno de los más importantes de Venezuela y entre las cuatro primeras de Suramérica.
Pese a su importancia, el mismo no cuentan con apoyo del Estado y subsiste a través de pequeñas donaciones.
La institución, ubicada a pocos metros de la entrada principal del campus Maracay de la UCV, pertenece a la Facultad de Agronomía y cuenta con más de 3.5 millones de ejemplares entre insectos y arácnidos resguardados en grandes cajas, en la única habitación con aire acondicionado.
Para el buen mantenimiento de las colecciones necesitan temperaturas bajas y que no haya humedad.
“Siempre se ha dicho que esto es un patrimonio de Venezuela para el mundo. Las colecciones biológicas no solamente son usadas por los países que las mantienen, sino que es una información que fluye a través de un sistema de investigación a escala mundial”, comentó José Clavijo, director del museo.
El MIZA tiene más de 34 convenios y colaboraciones con organizaciones de Argentina, Brasil, Colombia, Canadá, Inglaterra, España, Sudáfrica, Italia, entre otros países. Esto genera que la colección biológica que hay en el MIZA no pierda importancia, sino que se revaloriza.
Varias de las especies que están en el MIZA habitan en el Parque Nacional Henri Pittier, desde grandes escarabajos como el Hércules, Megasoma Elephas y Acrocinus Longimanus hasta polillas como las del gen Roosthchildia y la Copiopteryx Semiramis.
La mejor colección de arácnidos en Venezuela se encuentra en estas instalaciones, que no toda la población aragüeña conoce.
Ausencia del Estado
Las instalaciones del MIZA cuentan con tres pisos y sólo dos están operativos. No reciben financiamiento del Estado desde hace 13 años. Los trabajadores únicamente reciben su salario mensual.
Ante esta situación, el profesor Clavijo, quien también es entomólogo, busca alternativas para que el museo no sufran las embestidas de la crisis, por lo que las alianzas con el sector privado son el sostén para cubrir los gastos de mantenimiento.
Esta dificultad es subsanada con pequeñas donaciones de empresas o personas. Siempre comentamos que va desde una escoba hasta un litro de cloro. Sin esas ayudas no pudiésemos funcionar”, dijo el director del MIZA.
Para obtener recursos propios el personal del museo recibe a los planteles educativos cada cierto tiempo. Además de apovechar estas jornadas para enseñarle a los niños y adolescentes acerca de la biodiversidad.
Clavijo indicó que hubo un primer acercamiento con funcionarios de la alcaldía de Girardot, pero todavía no se han concretado proyectos o planes para el mejoramiento de la institución.
Los políticos deben entender que la investigación científica es básica para el desarrollo de un país, el que no entienda eso está complicado. Eso nos da autonomía y capacidad para manejar recursos. Muchos insectos tienen potencial económico”, dijo.
Pese a que no se ha formalizado, el entomólogo considera que el MIZA es la colección nacional de Venezuela. Si llegara esta designación, la institución podría obtener recursos que facilitarían el resguardo de las especies y mantenimiento de las infraestructuras.
Mariposa Azul
La designación para que la Morpho Helenor Cramer, o mariposa azul, sea símbolo nacional aún no se ha oficializado. La escogencia fue por iniciativa del MIZA con el respaldo de la Sociedad Venezolana de Entomología y el apoyo de Hackers & Founders.
José Clavijo recuerda que espera una declaracón de la Asamblea Nacional (AN) para oficializar la elección en el que resultó ganadora esta especie.
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