El Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ documentó al menos cuatro muertes violentas de personas de la población LGBTIQ+ en lo que va de 2024. El activista Yendri Velásquez sostuvo que las principales víctimas son las mujeres trans jóvenes y los hombres con orientaciones sexuales distintas a la heterosexual.
Caracas. El desconocimiento sistemático de los derechos humanos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgéneros, intersex y queers (LGBTIQ+) por parte del Estado suma a los impactos de violencia en esta población, denunció Yendri Velásquez, integrante del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ (OVV LGBTIQ+).
“La invisibilización del Estado agrava profundamente todos los riesgos respecto a los crímenes de odio, porque está contando como un silencio cómplice ante lo que sucede”, expresó el activista Velásquez.
El activista sostuvo que si el Estado no se pronuncia, no garantiza justicia, ni genera políticas públicas para prevenir los crímenes de odio en contra de esta población, deja una carta abierta “para que se sigan cometiendo abusos y violencia” hacia las personas LGBTIQ+.
“Hoy no es problema social, cultural y político que estén asesinando personas LGBTI, precisamente porque el Estado no nos cuenta, no nos visibiliza y no toma acciones alrededor de esto”, señaló Velásquez.
En lo que va de 2024 el OVV LGBTIQ+ ha documentado cuatro muertes violentas y un intento de asesinato de personas de esta población.
Jean Carlos Acosta
La víctima más reciente fue Jean Carlos Acosta, estilista de 43 años de edad, quien fue asesinado el 14 de julio pasado dentro de su residencia en el sector La Ceiba, en la parroquia Cabudare del estado Lara. Su cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición dos días después.
El comisario Douglas Rico, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), informó que Bruno Vielma, de 18 años de edad, estaba en la casa del Acosta y lo apuñaló con unas tijeras. Luego le quitó las llaves de su moto y huyó del lugar. El victimario quedó a la orden de la Fiscalía Sexta del Ministerio Público en el estado Lara.
Amor Madera
El primer caso del año fue el de Amor Madera, un hombre trans de 31 años de edad, a quien asesinaron en una de las habitaciones de su apartamento en la parroquia El Valle, en Caracas, el 26 de febrero. Madera hacía tatuajes y atendía a sus clientes en su residencia.
El comisario Rico anunció la detención de un hombre por el asesinato de la víctima, quien le disparó cuatro veces. Un allegado de la víctima contó a Crónica.Uno que el victimario era una presunta expareja de la novia de Madera.
Monserrat
El 4 de marzo pasado Erik Gabriel Rada Hernández, de 36 años de edad, conocida por sus allegados como Monserrat, fue asesinada por José Berroterán, de 43 años de edad, en la zona industrial Sojo, en Guatire, en el estado Miranda. La versión policial indica que Berroterán tenía deudas con Monserrat y siempre ponía excusas para no pagarle.
La víctima recibió golpes, sufrió heridas con un objeto punzocortante, y fue asfixiada con una bolsa plástica para morir. Berroterán quedó a la orden de la Fiscalía Cuarta del Ministerio Público del estado Miranda.
Otro de los casos reportados fue el de un hombre de más de 50 años de edad, con identidad sexual no heterosexual, que fue asesinado el 9 de abril en el estado Trujillo. La víctima fue apuñalada varias veces y le robaron sus pertenencias.
Impunidad
Yendri Velásquez detalló que en los último años se registraron 134 asesinatos de personas trans. En cada uno de los casos se evidencian altos niveles de violencia como la exposición de los cuerpos en las vías públicas, o exposición de cuerpos en posiciones específicas que denotan la vulnerabilidad de la víctima.
Asimismo, contó que las principales víctimas son las mujeres trans jóvenes, que no llegan a 40 años de edad, y hombres con orientaciones sexuales distintas a la heterosexual, menores a los 45 años de edad.
Entre los factores que contribuyen en las muertes violentas de personas LGBTIQ+ Velásquez resaltó la impunidad y que esta es resultado de la falta de priorización del Estado en identificar a las víctimas, de invisibilizar de este tipo de violencia, la falta de reconocimiento de la violencia basada en prejuicios homofóbicos, bifóbicos, y la falta de medidas preventivas.
“No hay justicia en la mayoría de los casos, o al menos no hay información pública sobre estos estos casos que han sido denunciados y que llegan a las autoridades. Por ende hay una especie de silencio cómplice con los agresores o quienes cometen estos delitos”.
El OVV LGBTIQ+ registró 461 casos de violencia hacia personas LGBTIQ+ en el país en 2023.
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