Una propuesta por parte de la alcaldía fue una feria a cielo abierto en el Paseo Anauco, pero los comerciantes del mercado de los corotos se niegan a la reubicación.
Caracas. 15 días antes de la elección presidencial del 28 de julio, la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Libertador ofreció a los comerciantes del mercado de los corotos, en Quinta Crespo, ser reubicados en San Martín.
Esa posible solución a pocos días de una elección presidencial llegó dos años después. El 31 de julio de 2022 en la madrugada un incendio acabó con años de trabajo de 326 comerciantes de Galerías Quinta Crespo, más conocido como el mercado de los corotos, ubicado al final de la avenida Baralt.
“Antes de las elecciones nos ofrecieron ser reubicados bajo la figura de concesión en el mercado de San Martín, donde sabemos la inseguridad que hay y la desolación del mismo”, dijo Emma Martínez, presidenta de la Asociación Civil Galerías Quinta Crespo Fénix y comerciante afectada.
La mayoría de comerciantes afectados tenían más de 15 años en el lugar y eran propietarios de los locales. Muchos de ellos se mantienen trabajando a las afueras del mercado, con puestos improvisados. Otros han optado por buscar dinero en oficios diferentes.
Lo que vino después
Desde los ventanales del primer piso aún son visibles los estragos que dejó el incendio. El lugar sigue igual que hace dos años. La agencia del Banco de Venezuela, que estaba en la misma cuadra, al lado de la planta baja del mercado, fue cerrada y el lugar también está abandonado.
Luego de que los bomberos controlaron el incendio, la alcaldesa de Libertador, Carmen Meléndez, acudió al lugar. De esa visita solo surgieron reuniones entre funcionarios de la alcaldía y comerciantes, las cuales no han llegado a nada.
El Ministerio Público abrió una investigación después de la clausura. Sin embargo, hasta ahora no hay veredicto final y continúan los juicios. Solo José Manuel Lafuente, conserje del lugar, fue detenido por presuntamente haber iniciado el incendio.
Tras del incendio, los afectados comenzaron a hacer vigilia afuera del mercado por temor a lo que pudiera pasar con el lugar o con la mercancía que no quedó perjudicada por las llamas, la cual pudieron sacar semanas después.
Trabajar en la calle
“Estos dos años han sido muy duros, tenemos compañeros con complicaciones de salud muy fuertes, como consecuencia del estrés y la necesidad extrema. Hay que tomar en cuenta que perdimos la mercancía, mobiliario y el sitio de trabajo”, añadió Martínez.
40 % son adultos mayores, personas en condición de pobreza y personas con discapacidades, según la Asociación Civil Galerías Quinta Crespo Fénix.
Un grupo de comerciantes instala tarantines en las calles que están alrededor del mercado. Lo hacen de martes a domingo, desde la mañana hasta el final de la tarde. Desde allí venden herramientas, equipos eléctricos, repuestos de todo tipo y demás. Toda la mercancía la guardan en cajas y usan sus vehículos como depósitos.
Para Magda Villegas, otra comerciante afectada, tener que trabajar en la calle, “llevando sol y lluvia”, no ha sido fácil. “La gente viene aquí a tratarnos como cualquier cosa, no tienen respeto o consideración. Quieren que uno prácticamente les regale la mercancía. Estas son ferreterías, solo que trabajamos en la calle porque nuestros locales se quemaron”, explicó.
Víctor Fernández era propietario de dos locales dentro del mercado. Ambos estaban en toda la entrada, lo que los hacía visibles al público que iba al lugar. En un día de ventas bajas, Fernández solía hacer 150 dólares aproximadamente. Ahora, desde la calle, no llega a esa cifra. Por el contrario, ha tenido que rematar mercancía.
“La gente nos ve en la calle y piensa que somos de todo, menos comerciantes. Nuestra mercancía no tiene el mismo valor que cuando teníamos los locales ahora que estamos tirados en la calle”, añadió Fernández.
Otra consecuencia que afrontan los comerciantes del mercado de los corotos, es que ahora deben pagar a funcionarios policiales para poder trabajar en la calle.
Otras soluciones
La oferta del mercado de San Martín no ha sido la única. En el transcurso de estos dos años, la alcaldía también les ofreció trabajar en una feria “a cielo abierto” en el Paseo Anauco, una larga caminería en la parroquia Candelaria sin vida comercial y poco tránsito peatonal, donde además hay tuberías de aguas servidas que desbordan por todo el paseo.
“Muchos de los compañeros están trabajando como personal de servicio y mantenimiento. Otros han logrado recomenzar a medias, sobre todo los compañeros de las áreas que no se quemaron. Gran parte estamos en las afueras del mercado”, dijo Martínez.
“Seguimos en la misma posición inicial, solo nos han atendido sin ninguna solución ni ayuda. Nos han recibido documentos, tengo cajas llenas de escritos sin una solución. El problema es que siempre nos han señalado como opositores al gobierno”, dijo Martínez sobre la falta de respuesta gubernamental.
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