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Universidad Simón Bolívar: la institución del futuro que se quedó en el pasado

Universidad

William Anseume, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, explica que el deterioro de la casa de estudios se acentuó en los últimos cinco años. Obras emblemáticas están descuidadas y la piscina olímpica no recibe mantenimiento desde 2018.

Caracas. Falló a su lema que la califica como la universidad del futuro, la Universidad Simón Bolívar (USB) se quedó en el pasado de quienes la conocieron cuando ocupaba los primeros lugares entre los mejores centros de estudios de educación superior del país y de América Latina.

Mientras observa el espacio donde estaba el Laberinto Cromovegetal, un emblemático jardín circular hecho por el artista venezolano Carlos Cruz Diez, y sobre el que ahora solo crece grama, William Anseume, presidente de la Asociación de Profesores de la USB, asegura que el deterioro se dio de forma progresiva.

Se ha acentuado más en los últimos cinco años. Cuando hay arreglos, son puro maquillaje, dice el docente, quien cuenta que en más de una oportunidad solicitó conocer el presupuesto con el que cuenta la universidad y con el cual se hacen reparaciones que no son necesarias.

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Foto: Tairy Gamboa

Un ejemplo de ello es el arreglo de la parada de autobuses. A juicio del docente y de algunos estudiantes consultados por Crónica.Uno, no era necesario. En cambio, sí se necesita realizar una inversión para tener más unidades de transporte, así como ampliar las rutas.

Critica que las autoridades tengan una cantidad innecesaria de obreros pertenecientes a la Misión Venezuela Bella, que podrían usarse para recuperar áreas olvidadas en el recinto.

Acudí a la Asamblea Nacional 2015 a denunciar el mal funcionamiento y decir que presumía hechos de corrupción porque si no, por qué ocultar cifras, lo que se va a hacer y lo que se le está pagando a estos obreros que es mucho más de lo que le pagan a un profesor de acá, apunta.

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Foto: Tairy Gamboa

De acuerdo con el Observatorio de Universidades, el daño a la infraestructura física es la principal razón de denuncia en las universidades públicas.

El daño por las precarias condiciones de la infraestructura universitaria se ha hecho irreversible a pesar de los esfuerzos propios realizados por la comunidad universitaria con la vuelta a la presencialidad, afirman en la Encuesta sobre condiciones de vida de la población universitaria del Observatorio de Universidades (Enobu 2023).

Puro maquillaje

Yo venía del colegio a hacer muchas actividades acá, pero cuando me inscribí en 2020 me di cuenta de lo mucho que las cosas habían cambiado, sostiene un estudiante cursante de un técnico superior universitario (TSU).

Cuando cursaba el bachillerato le gustaba visitar la USB, sentía que era uncampus universitario americano. Ahora parece un depósito de hojas secas, lo que más abunda a la vista.

El estudiante, que no se identificó por medidas de protección, considera que las aulas necesitan atención porque parecen del siglo pasado por el mobiliario deteriorado y los espacios oscuros por los que pocos transitan.

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Foto: Tairy Gamboa

Pusieron tejas, pintaron. Pero una universidad necesita profesores y alumnos, no solo un auditorio pintado, manifiesta Anseume sobre la evidente deserción de estudiantes que mantiene sola la USB.

A su juicio, las autoridades universitarias deberían enfocarse en crear políticas que incentiven el regreso de estudiantes y de los mismos educadores que se han marchado por razones ajenas a su voluntad, como falta de transporte, salarios ínfimos y otras necesidades.

Foto: Tairy Gamboa
Ni la sombra

Quienes más se asombran al ver la USB son los antiguos docentes que van a visitarla. Algunos profesores que se mantienen activos en clases la miran con tristeza, sienten que no es ni la sombra de antes.

Omar Pérez Avendaño, del área de Ciencias de la Tierra, recuerda que tras el regreso a la presencialidad, después de la pandemia por COVID-19, se sintió perdido, ya que los sitios donde había pavimento estaban lleno de vegetación.

Recuerdo que me confundí manejando y me preguntaba: ¿dónde estoy? Mi mente no sabía dónde estaba. Me asusté, pero decidí seguir porque el camino me llevaría a alguna parte. Apenas llegué le dije a alguien que me hiciera una prueba a ver si es que tenía un infarto cerebral. Mis ojos no creían lo que habían visto. Esto es como un bosque, una selva, donde tienes que caminar con mucho cuidado. Hay vías que son intransitables.

En la actualidad algunas partes las limpian trabajadores de la Misión Venezuela Bella.

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Foto: Tairy Gamboa
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Foto: Tairy Gamboa

Estudiantes consultados aseveran que uno de los lugares que deberían ser rescatados, por lo que representa, es el Espejo Solar, una obra del pintor y escultor venezolano Alejandro Otero inaugurada en 1974.

Al mencionarla cuentan anécdotas populares entre quienes tienen más años estudiando en la USB. Una de ellas protagonizada por las babas –un pequeño cocodrilo– que iban a comerse a los patos que vivían en la laguna que ya no está.

A veces parece que no les importara. Todo eso lo dejaron perder, acota.

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Foto: Tairy Gamboa
Misión Venezuela Bella

Así como relató el profesor Avendaño, muchos sectores dentro de la universidad están descuidados.

Una trabajadora, que prefirió no ser identificada, celebra que algunos espacios de la USB estén en recuperación y mantenimiento gracias a los obreros de la Misión Venezuela Bella. Agregó que antes de su llegada algunos espacios eran irreconocibles, o no se podían ver por la cantidad de maleza.

Dentro de todo es bueno porque en la universidad no hay suficiente personal de mantenimiento. Si das un paseo te darás cuenta. Inclusive puede que no te encuentres con ninguno, manifiesta.

Un alumno opinó algo similar, pero asegura que estos trabajadores no saben comportarse con las estudiantes. Muchas de mis compañeras se sienten incómodas a veces porque les dicen comentarios tipo piropos. No deberían hacerlo. Tienen que saber cómo actuar.

En 2019, el mandatario Nicolás Maduro dio a conocer la Misión Venezuela Bella, cuyo propósito es recuperar espacios públicos, ornatos, equipamiento urbano, alumbrado público y semáforos, vialidad y un plan de asfaltado.

En mayo de 2024, durante la reinauguración de un espacio en la Universidad de Carabobo, la presidenta de esta misión, Jacqueline Faría, aseveró que atendieron 34 sedes de 21 universidades que estaban enmuy mal estado.

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Foto: Tairy Gamboa
Prohibido el paso

Pese a las labores de arreglo, otros espacios siguen descuidados. Para muchos estudiantes, la piscina olímpica, que no recibe estudiantes desde 2018, era un escenario de prácticas deportivas y esparcimiento. Sin embargo, como consecuencia de la falta de mantenimiento, algas y pequeños animales son parte de los organismos que proliferaron sobre el agua que ahora es de color verde, similar al de una laguna.

Al bajar al gimnasio de la universidad, donde se pueden observar algunos laterales del fondo, se ven pegados a las paredes pedazos verdes, producto de la misma suciedad.

Recuerdo que yo llegué a usarla cuando jugaba rugby. Entrenaba y luego venía como una forma de relajarme. Es una lástima que ahora esté en ese estado. No nos dejan pasar hacia esa parte, pero a veces vamos a escondidas y vemos como está ahora, explica un estudiante.

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Piscina de la USB.| Foto: Tairy Gamboa
USB
El color verde y organismos vivos evidencian la falta de mantenimiento de la piscina olímpica. /Foto: Tairy Gamboa

En los baños y otros cuartos que operaban en esa zona, todavía están algunos materiales que se usaban para las prácticas de natación. Todos ellos también desgastados.

Algunos materiales usados para natación ahora se encuentran guardados y dañados. Foto: Tairy Gamboa
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Antes del área de la piscina, hay rejas trancadas con artefactos con el propósito de evitar que las personas accedan al lugar. Foto: Tairy Gamboa

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