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Protagonizada por Jessica Chastain y Anne Hathaway, la película centra su conflicto en dos amigas y vecinas que ven cómo la confianza se viene abajo después de la tragedia.

Caracas. La ventana es un elemento narrativo riquísimo. Su descripción es ya en sí todo una muestra de la vivencia. En el adentro existe la posibilidad de mirar, bien sea para contemplar, prever, disfrutar o comunicar. Es la probabilidad de permitir que lo externo se conjugue con lo interno, la advertencia de que hay todo un mundo casi infinito más allá de las paredes, para bien o para mal.

Instinto materno comienza con un momento que rememora muy bien a Alfred Hitchcock, específicamente a La ventana indiscreta, el clásico protagonizado por James Stewart y Grace Kelly. 

Alice (Jessica Chastain) mira a través del vidrio los pasos de su vecina y amiga Celine (Anne Hathaway). Desde ese momento inicia toda una ambivalencia en los sentimientos del espectador.

Instinto materno
La venta como punto de partida para enfrentar el futuro

Ese primer acto está claramente delineado para presentarnos a las protagonistas y sus realidades. Las responsabilidades, los anhelos y los sueños dejados a un lado. Hay un momento en el que las emociones que palpitan son desarrolladas de una manera cercana, pero no menos intrigante.

Primero, una fiesta de cumpleaños con decenas de personas anónimas. Nunca las identifican. Muy real en cuanto a las dinámicas de la vida. Luego, a medida que la cámara enfoca a menos gente, surgen los temores y las frustraciones, como cuando ya en la noche, sin los invitados de rigor, las dos protagonistas y sus esposos beben  y bailan a la vez que desmenuzan realidades dolorosas. Luego, ya en sus respectivas habitaciones, la conversación se vuelve reflexiva en la retrospección del día vivido.

Años sesenta

Instinto materno es un largometraje ambientado en los años sesenta, en esa era posindustrial de Estados Unidos, con la típica imagen del esposo que trabaja en corporaciones, mientras las esposas se encargan de la rutina del hogar y los niños. 

Alice y Celine desarrollan su amistad. Ambas con hijos contemporáneos, vecinos que pasan las tardes juntos. Va mostrándose así la aparente normalidad, pero siempre con la presencia inconmensurable de la sensación de que algo pasará. 

Instinto materno
Instinto materno sabe cómo usar la presencia humana en su historia

Instinto materno es dirigida por el francés Benoît Delhomme, quien debuta como director de largometrajes luego de encargarse de la fotografía de obras como El niño con el pijama de rayas (2008), Free State of Jones (2016) y Van Gogh: En la puerta de la eternidad (2018). 

En esta película, el cineasta sabe cómo trabajar la imagen para ir develando los cambios en los comportamientos de ambas familias, cuya relación empezará a enrarecerse por una tragedia que enluta la convivencia para siempre. Comienza la desconfianza y la intriga. Entonces, uno de los personajes se deja impulsar por las sospechas para llegar a la verdad.

El guion lo firma Sarah Conradt, basado en la Mothers’ Instinct, de Barbara Abel; obra literaria que ya fue llevada al cine en 2018 por el belga Olivier Masset-Depasse’s. 

Instinto materno
La película es un thriller que llega a la cartelera como una opción de tensión
Buena dupla de actrices

Instinto materno marcha muy bien en su escenario de sospechas, cuando no hay certezas. Los colores que delinea el cineasta confirman muy bien su rol anterior como director de fotografía en varios títulos, la vestimenta de las mujeres, sus posiciones corporales y la evocación a las actrices de Hitchcock en el personaje de Jessica Chastain.

Ahora bien, hay un bajón cuando ya se cae una de las caretas, y uno de los personajes actúa en consecuencia. Pero era inevitable la revelación, la misma historia lo va pidiendo. Es un momento que hace que algunos espectadores desconecten, pero las actuaciones de las actrices protagonistas son tan eficientes en la comprensión de sus personajes, y la exhibición de ese entendimiento, que la dupla se convierte en un músculo imprescindible para que el guion se mantenga a flote. Entre la desconfianza y la empatía.

Instinto materno es un thriller de esos que ven en el suburbio estadounidense el mejor lugar para llevarse a cabo. Nada como romper el hábito en la aparente tranquilidad de un vecindario. Pero acá todo transcurre en la intimidad de dos hogares, en una confianza que se resquebraja cuando la tragedia abre heridas de traumas que nunca se superaron. Dos amigas que encabezan una cacería mutua, entre la verdad y la mentira.

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