Casas a punto de derrumbarse, colapso de servicios y varios damnificados dejó la torrencial lluvia que el pasó 12 de agosto cayó sobre la ciudad de Maturín. Comunidad de El Araguaney quedó incomunicada.
Maturín. “Esto fue catastrófico, la lluvia terminó de socavar el terreno y pensamos que nuestras casas se irían por el barranco con la corriente de agua. Quedamos totalmente incomunicados”. Así describe Andreina González, vecina del sector El Araguaney en Maturín, estado Monagas, los daños causados en su comunidad por la lluvia del pasado 12 de agosto.
El paso de la onda tropical 28 por el oriente del país, sorprendió a vecinos de diferentes comunidades de la ciudad. A las 3:30 p.m., el cielo se tornó gris y anocheció más temprano de lo habitual.
Truenos, relámpagos y vientos fuertes anunciaban la vaguada. Más de seis horas de incesante lluvia, azotaron la capital monaguense y la única vía de acceso a la comunidad El Araguaney, ubicada en el sector Los Cortijos de la parroquia Las Cocuizas, se desplomó, lo que dejó incomunicadas y en riesgo de colapso, al menos cinco viviendas.
La comunidad está situada en las cercanías de un barranco. Con el paso de los años, la calle principal, aún de tierra, se redujo a un estrecho camino en el que apenas se podía transitar.
Desde hace más de 20 años, la comunidad ha solicitado apoyo de las autoridades regionales. Por la inestabilidad del terreno se registran constantes deslizamientos de tierra que debilitan las bases de las casas.
Vivimos en un constante clamor a Dios para que aquí no ocurra una tragedia. Entre las familias afectadas hay niños y personas con discapacidad”, dice preocupada González.
Agregó que tras la lluvia, el agua anegó varias casas y perdieron camas, colchones y electrodomésticos.
Más de 50 casas afectadas
En el sector Los Almendrones, las familias siguen sacando el charco de sus viviendas. El caño que atraviesa el sector se desbordó, inundando más de 50 casas.
“Cuando vi el mal tiempo, pedí permiso en el trabajo para llegar temprano a casa y poner en alto la nevera, la cocina y las camas. Entrando, comencé a subir a cajas de cervezas y refrescos las cosas más importantes, pero fue inevitable que el agua se metiera”, cuenta una de las vecinas que prefirió no identificarse.
La mujer estaba con sentimientos encontrados. Su rostro reflejaba cansancio y rabia, pues, desde hace cinco años pierden sus electrodomésticos por la crecida del caño.
Cuando gobernaba la actual ministra de Educación, Yelitza Santaella, nos prometieron la ampliación del caño y la reubicación de las familias más afectadas. Las autoridades de hoy no se han apersonado al barrio para conocer nuestra realidad”, dijo.
En lo que va de agosto, es la segunda vez que el caño rebosa su nivel inundando a la comunidad de Los Almendrones. Han perdido todo y reponer sus enseres ha sido cuesta arriba. La mujer asegura que no cuentan con los recursos necesarios para equipar nuevamente sus hogares.
“Todo se inundó. Ya estoy cansada de esta situación, no podemos tener nuestras casas en buenas condiciones porque cada vez que llueve nos visita el caño. Han pasado dos días y aún no ha bajado el agua del patio, los olores son insoportables y no se aguantan la cantidad de plagas que se alborotaron con la lluvia”, dice.
Proyecto de aguas residuales
Aunque el sol comenzó a calentar, las familias en Brisas del Orinoco, en el centro de Maturín, tratan de rescatar algunos de sus enseres. Como en el resto de las comunidades, las cloacas se desbordaron y también causaron estragos.
Habitantes aseguran que el colapso del sistema de aguas residuales pudo evitarse. En abril pasado, participaron de las elecciones convocadas por el Gobierno Nacional para elegir un proyecto que beneficie a la comunidad. En este proceso de consulta, votaron por el mantenimiento del sistema de drenaje.
“Cada vez que llueve, todas las aguas residuales provenientes del sector Las Avenidas colapsan la comunidad tras desbordarse el caño, convirtiéndose en un poderoso río que arrastraba todo a su paso”, cuenta Mayuris Valenzuela.
Más de 450 familias fueron afectadas por la crecida del canal de agua. Residentes de las veredas 1, 2, 3 y 4, desalojaron con tiempo sus hogares porque el agua superó el metro de altura, otros decidieron quedarse para salvar parte de sus pertenencias.
Apagón en la ciudad
Habitantes de la ciudad de Maturín no solo vivieron horas de pánico por la vaguada, sino que también enfrentaron el miedo de un nuevo apagón por una falla que dejó sin servicio eléctrico a más del 50 % del municipio.
De acuerdo con el reporte de los afectados, la interrupción del servicio se registró por más de ocho horas en las comunidades de: Juanico, Los Guaritos, La Cruz, El Furrial, El Corozo, Los Bloques, Los Cocos, Los Almendrones, Prado del Sur, Las Cocuizas, El Silencio de Campo Alegre, Las Vírgenes, Zona Industrial, El Paraíso, Los Godos, La Floresta, Boquerón, Brisas del Aeropuerto y Orinoco, La Gran Victoria y La Puente.
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