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Este proyecto dedicado al café comenzó hace dos años y medio, cuando Enrique Egaña, caficultor y amigo de los hermanos, les regaló, nada más y nada menos que 15 mil plántulas de café que repartieron en 27 sectores de Petare

Caracas. En la zona 3 del barrio José Félix Ribas en Petare, al este de Caracas, hay matas de café que ya empezaron a crecer. Aún falta para que den sus primeros granos, pero el plan de Jaime y Jimmy Pérez, dos vecinos de la comunidad, es que Petare se convierta en zona de siembra urbana de café, de consumo propio de los vecinos, y ¿por qué no? también de comercialización.

Jaime y Jimmy son dos hermanos que fundaron la organización no gubernamental Zona de Descargas, desde donde impulsan el proyecto Petare Café Blu, iniciativa que busca propiciar la cultura del café en la barriada más grande de la Zona Metropolitana de Caracas, donde hace muchos años hubo haciendas de cacao, maíz, caña de azúcar y también café.

Fotógrafo: Tairy Gamboa

Los hermanos —por ahora—  tienen sólo dos matas que están en crecimiento desde un pequeño jardín en la entrada de su casa, que están acompañadas de otras plantas, una de esas de lechosa. Su plan es convertir a Petare en un lugar más verde a través el café.

El comienzo

Jaime cuenta y hace énfasis en que blu viene de la pronunciación de azul en francés (bleu), debido a que los granos que han logrado cosechar tienen un tono azulado.

Este proyecto dedicado al café comenzó hace dos años y medio, cuando Enrique Egaña, caficultor y amigo de los hermanos, les regaló, nada más y nada menos que 15 mil plántulas de café que repartieron en 27 sectores de Petare.

Para Carlos el café es una bebida diaria, la cual puede ser producida por de alta calidad si uno lo desea . Él, con su conocimiento sobre el tema, tuvo la oportunidad de producir el primer café de especialidad, certificado en la historia de Venezuela, desde Prados del Este a 1030 metros de altura, una experiencia que busca replicar en Petare con Café Blu. Por eso el regalo de las semillas.

Es totalmente factible poder producir café de altísima calidad desde el lugar donde uno vive, explica Enrique.

 

Una mata en el barrio San José, de dónde sacaron las primeras semillas, dio los primeros 10 kilos de café. El cual sirvió como evidencia de que sí se puede producir café urbano.

Fotógrafo: Tairy Gamboa
Propiciar lo verde

Los hermanos esperan que este proyecto trascienda con mayor apoyo. Ellos buscan que su impacto sea de transformación en un ambiente convulso. El sueño es que entre cinco y 10 años puedan ver a Petare como un espacio caficultor, con cultura de café.

En casa de Carlos hay una matica de café que salió de la primera fase de Café Blu. Mientras el señor de 62 años de edad, habla del proyecto Café Blu. Su esposa Vilma da clases de tareas dirigidas a dos niños de la comunidad, como parte del proyecto Descargando el Futuro, una iniciativa de Zona de Descarga, en la que participan 15 maestras de nueve sectores de Petare.

Ojalá tuviese más espacio para tener más matas, dice Carlos.

Fotógrafo: Tairy Gamboa

La planta en casa de Carlos y Vilma sigue pequeña. Le falta ser trasplantada a una maceta más grande. En su casa no hay muchos espacios al aire libre, lo que le impide tener mayor cantidad de plantas, pero si hay un ventanal por el que entra el sol.

Este proyecto de café le recuerda a Carlos a cuando era niño y su mamá traía semillas de café de sus viajes a Mérida. También le hace recordar a cuando llegó de pequeño a Petare, hace 60 años, y había muchos más espacios verdes y la gente tenía sus propios sembradíos.

Fotógrafo: Tairy Gamboa
Lo que se viene

En las manos de Jaime hay un kilo de semillas de café. De esas semillas esperan sacar al menos 20 mil plántulas de café, lo que será un proceso largo, que planean tener listo en octubre próximo. Primero, los hermanos necesitan crear los viveros, para los que ya tienen seis zonas definidas.

Fotógrafo: Tairy Gamboa

El plan es que cuando comiencen a germinar las semillas, y a nacer las plántulas, las mismas tengan un número y un código QR. Al ser escaneados, mostrarán el instructivo sobre cómo cuidar la planta. Jimmy y Jaime planean capacitar a los próximos caficultores de Petare.

Todo esto es con el fin de fortalecer el tejido social en Petare, dice Jaime, quien junto a su hermano está en busca quienes puedan donarles cuñetes de pintura que puedan servir como macetas, o tierra para la siembra de las plantas.

Fotógrafo: Tairy Gamboa
La primera fase

Esas plantas las repartieron a vecinos de 27 sectores de Petare, entre ellos barrio La Agricultura, El Dorado, San Blas, San Isidro, San Blas, entre otros.

Los hermanos perdieron el rastro de qué pasó con una gran parte de las plantas donadas. De esas, tienen localizadas un poco más de 1000 de esas plántulas y saben cómo va el crecimiento.

Fotógrafo: Tairy Gamboa

Este es un café distinto al que se pueda cosechar en haciendas o fincas. Las plantas, luego de ser trasplantadas, pueden vivir en cuñetes o en envases grandes que sirvan de macetas. Esta es una semilla de café que —según Jaime—, ha sido estudiada en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

La idea —con esta segunda fase—, es tener un mejor registro de a qué nivel está la mata, cómo va su crecimiento, qué tipo de tierra se usó, qué tipo de compostaje, y comprobar que sí se puede producir café urbano. Este es un proyecto que busca reverdecer, que intenta generar economía a las familias y rescatar la cultura del café en Petare.

Fotógrafo: Tairy Gamboa

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