close

“Aquí no se trata de ser político o hacer política, sino de ayudar a la gente a progresar”

líder comunitario en Maracaibo

José Pérez es un líder nato que con disciplina y respeto se ha ganado la confianza de su comunidad. Dice que ayudar a su gente le ha dado grandes satisfacciones porque trabaja en favor de quienes más lo necesitan sin distinciones políticas.

Maracaibo. Hace más de 30 años que José Pérez se dedica al trabajo social, dice que ayudar a los más necesitados es su prioridad. Está consciente de las necesidades que tienen cada uno de sus vecinos y no hace distingo de ningún tipo a la hora de tender la mano. Su premisa es que “para ser buen líder, hay que tener buen corazón”.

Todos lo saludan y le cuentan sus problemas. Le piden desde sillas de ruedas hasta tanques de agua y con todos adquiere el compromiso de gestionar sus requerimientos.

José dice que nació con el don de ayudar. Estuvo al frente de los trabajadores del aseo urbano en la gestión del exalcalde Gian Carlo di Martino en el año 2000 y luego fue sindicalista. La entrada del chavismo al escenario político lo desmotivó y estuvo ocho años retirado.

Un buen día decidí volver. Lo hago por el futuro de los jóvenes, por la atención desinteresada a la gente que otras gestiones dejaron atrás, olvidadas, por el país”, cuenta mientras hace su recorrido matutino por una de las seis comunidades que tiene a su cargo en el oeste de Maracaibo.

Hace tres años se unió al partido Primero Justicia y hoy es coordinador político de la zona 24 que comprende los sectores Villa Centenario, Barrio Bolívar, Bolivita, La Vanega, Tránsito, San Rafael y el Complejo Roraima.

En total tiene 100 colaboradores locales que a través de grupos de WhatsApp atienden y resuelven problemas con los servicios básicos, cañadas y atención médica. La mayoría son mujeres.

líder comunitario
José gestiona para su comunidad, principalmente, la atención en servicios públicos como calles en mal estado, aseo urbano y gas doméstico/Mariela Nava

“A la gente hay que responderle con hechos, no con promesas. Cuando comenzamos, Maracaibo estaba destruida en vialidad, en alumbrado, en servicios públicos, Maracaibo no era nada. Ahora es diferente, hemos visto mejoría en muchas cosas. Estoy dedicado a que mis comunidades tengan servicios públicos de calidad”, reiteró.

Un líder social

Se levanta a las 5:00 de la mañana, resuelve los pendientes de su hogar donde vive con su esposa, su hijo menor, su nuera y una nieta de 10 años. Luego sale con su cuaderno a recorrer las calles de Villa Centenario de Luz, donde vive. Anota minuciosamente cada queja, solicitud o cumplimiento de una petición anterior.

“Aquí no se trata de ser político o hacer política meramente, sino de ayudar a la gente a progresar”, sentenció.

Para resolver los problemas de la zona 24 ha hecho un engranaje perfecto con cada dirección de la alcaldía de la ciudad.  Dice que “ganarse la confianza de la gente y no discriminar es lo importante, hacer las cosas de corazón y no usar lo que se da para después pedir algo más”.

Asegura que la represión y el sometimiento al pueblo es la peor arma que puede usar un político.

Líder comunitario
Norka dice que sueña con ver a sus hijos de vuelta al país, mientras tanto está agradecida de tener el apoyo de su líder comunitario/Mariela Nava

Su análisis de la situación actual del país la resume con una palabra: “Somos mediocres, porque nos han tenido a punta de bonos, sin la oportunidad de escoger qué queremos comprar, lo que necesitamos es un salario justo, que vuelvan las reivindicaciones laborales, porque si seguimos así, dependiendo de una bolsa de Clap, la juventud que se quedó va a llegar a vieja sin nada”.

En carne propia

José, que cuenta con 61 años de edad, ha vivido en carne propia la crisis económica del país. En el 2015, la devaluación de la moneda nacional lo obligó a cerrar su microempresa donde armaba radiadores industriales junto a su hermano.

Perdí todo por este desastre, me quedó una camioneta y trabajaba en transporte colectivo, pero no aguanté las colas para surtir gasolina. Después llegó la pandemia y se acabó todo. Quedé arruinado, fracasado y enfermo”, cuenta con tristeza.

Por si fuera poco sus hijos mayores se fueron del país. “Hace cinco años no están aquí conmigo y para mí parece que fue ayer, es algo que no le deseo a nadie porque la fortaleza de un padre es su familia”, comenta entre lágrimas aferrado a su nieta.

Una compañía que dignifica

José respira profundo y sigue su recorrido. A unos pocos metros Norka Vergel de 61 años lo saluda cariñosamente y de inmediato suelta: “Tener el apoyo de Pérez en la comunidad es muy valioso, porque si por él fuera las carreteras tuvieran diamantes, pero la gente no ayuda mucho, quieren que todo se lo den y así tampoco es”.

Norka confiesa que fue chavista porque su esposo la obligaba a votar. Ahora es viuda y con resentimiento cuenta que si no hubiera sido por sus hijos que también tuvieron que migrar, su esposo no hubiera podido atender su salud hasta el final.

“Él era chavista a muerte y de nada le sirvió, ahora mis hijos siguen lejos y yo me quedé con mis nietos. No es fácil porque tengo uno con condición especial, pero saber que tenemos a alguien en la comunidad que lucha por nuestros derechos y bienestar, alivia la carga”, dijo la mujer quien aseguró estar lista para las próximas elecciones presidenciales.

Me da vergüenza haber sido chavista

El barrio Villa Centenario de Luz tiene 950 familias y está dividido en cuatro sectores. Carmen Gutiérrez de 64 años es una de las colaboradoras de José para atender a sus vecinos y hacer reportes de las necesidades hace dos años, después de declararse opositora.

No me quiero ni acordar que fui chavista. Voté por Maduro porque era el que estaba mandando, pero esa gente desde el principio están mal puestos, hasta que reaccioné. Ver a los colectivos, la violencia, las muertes y vivir la migración de mis hijos fue el punto de quiebre. Siento vergüenza de haber sido chavista”, dijo conmovida desde la cocina de su casa.

Carmencita, como cariñosamente le dicen sus vecinos, trabaja todos los días por su barrio, dice que lo hace para verdaderamente cambiar al país y siente que su granito de arena contribuye de buena manera. “Por eso admiro a José porque es una persona correcta, justa y de buen corazón”, sentenció la mujer.

Líder comunitario
Carmen asegura que la violencia que vio en el chavismo la hizo reaccionar y cambiar su postura política/Mariela Nava

Se estima que en el barrio Villa Centenario de Luz mas de 300 familias han abandonado las filas del chavismo.

Antes de despedirse, José recalcó que un buen líder es el que no cae en escenarios de violencia, dijo que seguirá disciplinadamente trabajando por los suyos honradamente y con altura.

No puedo olvidar que soy el ejemplo de mi familia, por eso tengo que seguir siendo productivo, creativo y emprendedor”.

Lea también:

En José Félix Ribas el liderazgo chavista se sobrepone a la polarización


Participa en la conversación